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Voto de Cinemagavia:
9
Thriller. Drama Hunter es un ama de casa que acaba de descubrir que está embarazada. Sin embargo, por alguna razón que desconoce se siente tentada a consumir objetos peligrosos para su salud, una obsesión que no pasa desapercibida ante los ojos de su marido y del resto de su familia. Pronto descubrirá el motivo que la empuja a querer herirse a sí misma... (FILMAFFINITY)
16 de marzo de 2020
55 de 80 usuarios han encontrado esta crítica útil
*El silencio de los corderos

Esta extraordinaria película comienza con un plano de la protagonista, desde atrás, mirando al horizonte desde su lujosa casa de muñecas. Ella está desenfocada y, poco después, entra en foco. La vemos entre tonos azules y rosas. El tratamiento del color es básico en Swallow. Ese momento, ese simple plano, resume gran parte de lo que habla la película.

Poco después veremos una escena en la que tres corderos se agolpan asustados en el rincón de una granja. Las manos del granjero agarran al cordero más débil, al que queda rezagado. Después veremos como lo desollan y descuartizan, como son cocinados unos bistecs y como son servidos para la cena. En la mesa, gente rica saborea la carne.

Entre esos individuos está Hunter (cazadora en inglés), nuestra protagonista. En ese momento, ella aún es un cordero, pero pronto encontrará una forma propia de expresar sus necesidades básicas como ser humano. Se convertirá en una cazadora de emociones y sentimientos reprimidos.

*La esposa (im)perfecta

Hunter es la esposa perfecta. Preciosa, elegante, ama de casa, prudente, complaciente… Una chica florero ideal para su marido, director general de una importante empresa. Pero ella no es feliz en casa. Está sola, jugando con el móvil, limpiando y cocinando, buscando ser la chica que su marido espera que sea. Pero siente que nunca es suficiente. En su vida nunca ha sido suficiente para nadie, ni para su madre, ni para sus hermanas, ni para su marido, ni para los amigos y la familia de su marido.

Swallow significa golondrina en inglés, pero también es el verbo tragar. Es por eso que empieza su afición por tragarse cosas. Un acto compulsivo que le otorga poder sobre sí misma, sobre su cuerpo y sobre sus deseos íntimos. Su primer arrebato será masticar un cubito de hielo en un restaurante de lujo ante la atónita mirada de toda su familia política. No es algo anecdótico, se produce justo después de saber que se encuentra embarazada y de ser ninguneada por su suegro.

*La culpabilización de la víctima

El sentir la sensación fría del hielo en su boca le hace querer más. Se vuelve una extraña adicción. Lo siguiente será una canica. Es su secreto. Se siente orgullosa de sí misma. Sin embargo, poco a poco, su trastorno polifágico le hará tragarse todo tipo de objetos, algunos peligrosos para su propia salud y la del bebé que espera, como pueden ser una chincheta o una pila. Para ella, cada objeto es un nuevo trofeo que conservará con esmero en el tocador de su dormitorio.

Cuando su marido se enteré de lo que hace, no lo entenderá. Nadie lo hará. La chica arrastra sus propios problemas psicológicos de un pasado trágico del que no se ha sabido desprender. Swallow nos habla de un tema tan importante como la culpabilización de la víctima como castigo social. Cuanto más le exigen que pare, más seguirá con su afición a tragarse cosas. Lo único que busca es comprensión, cariño, un abrazo sincero.

*Los estados de ánimo a través de los colores

Swallow es el maravilloso retrato psicológico de una mujer herida. Carlo Mirabella-Davis realiza una ópera prima soberbia, impactante y polémica. Es un drama absorbente y conmovedor que por momentos se tiñe de thriller y te mantiene en tensión por el sufrimiento físico y emocional que sufre la chica. Además, está rodada con una exquisitez sublime.

La fotografía de Katelin Arizmendi es de una belleza arrebatadora. Emplea colores primarios para definir los estados de ánimo. Tanto la luz como los encuadres son armónicos y elegantes. La banda sonora de Nathan Halpern le otorga el misterio hitchcockiano que requieren algunas secuencias, mientras que otras se aderezan con canciones pop de The The, Molly Drake o Alana Yorke, bien escogidas.

El director ha comentado en diversas ocasiones que para escribir su guion se inspiró en la vida de su abuela. Una mujer que en los años 50 se obsesionó con tragarse pastillas de jabón y que terminó siendo ingresada en un psiquiátrico, donde le practicaron terapia de electrochoque y una lobotomía. Ese homenaje le da cierto toque retro a la propuesta, pese a lo moderno de su tratamiento escénico.

*Un clímax tan arriesgado como emotivo

Mención aparte merece la protagonista, Haley Bennett. Aunque la actriz ya había aparecido en algunas películas importantes como La excepción de la regla (Warren Beatty, 2016) o La chica del tren (Tate Taylor, 2016), es en Swallow donde se doctora cum laude, con una interpretación maravillosa y llena de matices. Perfecta.

La película afronta una parte final arriesgada y controvertida, pero Mirabella-Davis sale majestuosamente del entuerto. El clímax es una secuencia complicadísima donde se podría haber caído en el telefilm barato o el melodrama más tontuno, pero no. El director nos regala una secuencia emotiva y tensa con la colaboración de Bennett y el actor Denis O’Hare, que es para quitarse el sombrero. Luego ya solo le queda ese sencillo plano final de reivindicación feminista que cierra el ciclo vital de Hunter.

Conclusión

Swallow es un drama psicológico con elementos de thriller que plantea una reflexión interesante sobre las expectativas de género. Escrita y dirigida por Carlo Mirabella-Davis, es una ópera prima sorprendente, audaz, impactante y conmovedora. Tampoco elude la controversia.

Escrito por Daniel Farriol
Cinemagavia
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