*El peligro de las nuevas plataformas de televisión

Las plataformas digitales nos están acercando a producciones televisivas de otros países que de otra manera nunca hubiéramos conocido. Esto es bueno y malo. Nos permite descubrir como en otros países se están realizando ficciones muy interesantes con la idiosincrasia propia del lugar de procedencia, pero también esa necesidad bulímica de llenar con contenidos sus plataformas, nos acercan a producciones de bajo nivel con las que nunca nos hubiera gustado cruzarnos.

A priori la serie Spectros podía ser interesante. Estar producida por Douglas Petrie, unos de los gurús creativos de la mítica serie Buffy, Cazavampiros, era reclamo suficiente para vivir una segunda adolescencia viendo las aventuras de unos jóvenes enfrentándose a fuerzas malignas. Pero lo que hacía de Buffy una serie tan divertida, aquí se convierte en algo cutre salchichero.

*Nadie puede salvar esto

En la serie Spectros, la mezcla de folklore e historia brasileña, con elementos típicos de los cuentos de fantasmas japoneses era un punto de partida con muchas posibilidades. Tener como escenario principal las calles del distrito de Liberdade, hogar brasileiro para la mayor comunidad japonesa en el mundo, también.

Entonces, ¿qué falla? Pues, sinceramente, todo. Los efectos especiales parecen realizados con un Spectrum de los años 80, las actuaciones son rotundamente malas (exceptuando la de Cláudia Okono), ni la historia ni los personajes enganchan y la dirección parece efectuada por un estudiante de primer curso… de cocina! porque poco cine hay en unos encuadres horrorosos que parecen grabados con un móvil de primera generación.

*Conclusión

Spectros es un desastre absoluto. Uno es incapaz de entender como anda por aquí metido Douglas Petrie, guionista y productor de la mítica serie Buffy, cazavampiros y otros éxitos televisivos. Y no lo hace solo como figura decorativa, es el guionista y director de algunos episodios.

Más allá de la original idea de combinar el folklore brasileño con el cuento japonés de fantasmas, la serie no se sostiene por ningún lado. Ni siquiera si asumimos que va destinada a un público adolescente al que ya no pertenezco. Buffy también iba destinada a ese rango de edad y era una serie que aún hoy conserva su encanto. Aquí no funciona ni la historia ni los personajes. La realización y las actuaciones son peor que mediocres, por no hablar de los efectos visuales que dan más risa que miedo. Aún estás a tiempo, huye de estos Spectros o puede que tengas pesadillas de verdad.

Escrito por Daniel Farriol