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Voto de Cinemagavia:
7
Terror. Ciencia ficción. Intriga Sarah es una estudiante adolescente que toca fondo anímicamente tras huir de casa. Una vez sola, no tiene a nadie que le ayude a superar sus recurrentes pesadillas. Su única oportunidad de sobrevivir pasa por participar en un estudio universitario en la que entabla amistad con el científico supervisor, llamado Jeremy. Sin embargo, hay algo extraño en el procedimiento al que se somete, y con el paso de los días las pesadillas de Sarah ... [+]
12 de diciembre de 2021
27 de 29 usuarios han encontrado esta crítica útil
*Problemas con los sueños

Come true (Se hacen realidad) en una muestra de cine de género que abraza la temática de la vertiente siniestra de los sueños, y su interrelación con la realidad. A la memoria vienen ejemplos como Pesadilla en Elm Street y La gran huida, ambas de 1984 o, de una manera distinta, Origen (2010). Esta producción canadiense pese a sus reminiscencias ochenteras, acaba encontrando un camino, un aspecto y un desarrollo propios, sin necesidad de ser tributaria de algunos ilustres antecedentes.

La película nos cuenta la historia de Sarah (Julia Sarah Stone), una adolescente de 18 años con una rutina realmente extraña. Solo aparece por su casa cuando su madre no está, aboliendo cualquier posibilidad de establecer contacto con ella. Incluso duerme en un parque cercano con tal de no encontrarse con su progenitora. Además se ve perturbada por sufrir unas angustiantes pesadillas que siempre se ven rematadas por una extraña figura negra. La vida de Sarah parece materializarse en un deprimente desorden. La única persona con la que mantiene un vínculo es con su amiga Zoe (Tedra Rogers).

Cada vez más desorientada y acuciada por las pesadillas, Sarah acepta unirse a un experimento universitario que tiene como materia prima aspectos relacionados con el sueño. Aparentemente te pagan solamente por dormir en una habitación preparada al efecto, mientras estás conectado a una serie de extraños dispositivos. Sarah traba amistad con uno de los coordinadores del experimento, Jeremy (Landon Liboiron), y descubre el fin del mismo: monitorizar los impulsos nerviosos de los sujetos enrolados en el experimento mientras duermen. Dicho en corto: poder ver sus sueños. Como puede preverse, el experimento se va de mano, y las pesadillas de Sarah empeoran.

*Entre lo real y lo soñado

Para ver Come true (Se hacen realidad) olvidémonos de Freddie Krueger. Aunque los sueños se llenen de amenazas, no estamos ante un slasher, ni ante una recolección de grotescos asesinatos adolescentes (no es una crítica a la saga por Wes Craven, ojo). La película se basa en el tono irreal de las atmósferas, que parecen querer alcanzar un misticismo cibernético a base de tonalidades grises y colores fluorescentes. Aunque la película no solo se desarrolla por la noche, la impresión que se da es la de que nunca se hace totalmente de día. En este sentido la fotografía es acertada, se acerca a ciertas películas de los años 80 pero desde una perspectiva de melancólica inquietud.

Además, Come true (Se hacen realidad) opta por el camino del simbolismo, que a los ojos del espectador se asemeja a una especie de puzzle mental que tiene que ordenar para encontrar sentido a lo que ve. Quizá uno de los objetivos de Anthony Scott Burns era que no estemos seguros de que lo visto sea real o soñado. A pesar de todo, no es un maremágnum laberíntico donde nos quedemos atascados. Más allá del extraño desenlace, el viaje es tan importante, o más que el destino.

La música está a tono. Fría, sofisticada, algo melancólica. Corre a cargo del grupo canadiense Electric Youth, a los que conozcan probablemente por A real hero, la canción final de Drive (2011). Priman los sonidos sintetizados, atmosféricos, quizá no muy lejos de las melodías de John Carpenter. De paso nos dejan una bonita canción, que tiene su importancia en la película, Modern fears, en conjunción con el músico Pilotpriest que no es otro que... el pseudónimo del director de la película. Todo un Juan Palomo, que además se encarga de la fotografía y del montaje.

*Simbología y elenco

Un elemento controversial de Come true (Se hacen realidad) es su argumento, o más bien bien su remate. El final puede que nos parezca una pirueta inesperada y fascinante, o un churro de proporciones épicas. Quizá todo se sitúe en un punto intermedio. Anthony Scott Burn fuerza los vuelcos argumentales hasta fiarlo todo a que entremos en su mundo. Nos pide creer en lo que expone a pesar de unas incoherencias que no se preocupa en disimular. No obstante, no creo que esté exenta de sentido a pesar del salto mortal que supone. Por lo demás el tempo de la película es lento, de construcción progresiva, donde la tensión va in crescendo dentro de una arquitectura narrativa bastante interesante.

Entre el reparto destaca Julia Sarah Stone, que dentro del tono de general frialdad de la película aporta un halo de emotividad. Aunque nos cueste ponernos en sus zapatos, por la naturaleza intrincada de la historia, nos resulta creíble su amargura, su penuria existencial. Los demás personajes tienen algo de comparsas, con lo que las actuaciones no pueden brillar en exceso. Podemos mencionar a Landon Liboiron como Jeremy, con quien la protagonista establece una ambigua relación. Ojo a la breve aparición del doctor Meyer (Christopher Heatherington) con una pinta de profesor chiflado que tira para atrás.

La película se estructura en varios capítulos: The Persona, Anima/Animus, The Shadow, The Self. Todos ellos son nombres extraídos de la doctrina del psicólogo Carl Gustav Jung, y quién sabe si una piedra Rosetta para interpretar correctamente la película. Por su parte, los símbolos dentro de las escenas oníricas son sencillos pero efectivos, sin grandes malabarismos visuales. Tengamos en cuenta que es una película indie. Pero en ese aspecto incluso consigue asustar.

*Una posible explicación (spoiler)

Come true (Se hacen realidad) se mueve en terrenos simbológicos muy acusados y de amplia interpretación. La que sigue a continuación es una de ellas, que no tiene porque se la auténtica, pero allá vamos.

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*Conclusiones

Come true (Se hacen realidad) es una interesante muestra de cine independiente que flirtea con los códigos de la ciencia ficción con tintes de terror. A su favor está la construcción de un ecosistema propio a base de atmósferas sombrías y sugerentes, que a ratos se empecina empecina en convertirse en un laberinto.
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Escrito por Mariano González
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Cinemagavia
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