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Voto de Cinemagavia:
7
Drama. Comedia. Romance Una modesta gira de conciertos vuelve a reunir a dos amigos de juventud. Ella, cantante de éxito, está ya retirada de la escena. Él, que sobrevive como vendedor de productos cosméticos, pretende relanzar la carrera musical de quien fue su amor de adolescencia. (FILMAFFINITY)
29 de junio de 2018
18 de 23 usuarios han encontrado esta crítica útil
Casi 40 es la nueva película de David Trueba, un cineasta que siempre veo, por su valentía, por contar historias desde la preocupación y la sencillez. En esta ocasión David Trueba nos trae una road movie empapada de canciones y humor. Un luminoso viaje en furgoneta por la España interior, acompañando a dos viejos amigos (Lucía Jiménez y Fernando Ramallo) que se debaten entre sus deseos, ambiciones y expectativas frustradas.

Los personajes protagonistas de la ópera prima de Trueba, “La Buena Vida“, se encuentran 22 años después. Un viaje con canciones de amor y olor a librería que nos recordará inevitablemente a “Antes del Atardecer” (2004) de Richard Linklater.

Casi 40 habla de esa generación, que para que nos entendemos, es demasiado mayor para ser millenial y demasiado joven para ser babyboomer, apunto de entrar en el ecuador de la vida, en la famosa “crisis de los 40” que en realidad no es una crisis de edad, sino de ideales.

¿Qué voy a escribir yo de lo que te pasa a los 40 si tengo apenas 25 años? Ahí está el truco. No es una película sobre la crisis de una generación, sino sobre la crisis de unos valores tan propios de nosotros desde antes de que el primer homínido viviera 40 años, que llevan a la persona a ir más allá, a hacer lo que realmente sienten, a sobrevivir, en definitiva, al amor por un ideal, a la pasión.

Lucía Jiménez es una cantante que gozó de mejor gloria y fama en su juventud como músico, y que ahora se ve sola, con un hijo, hablando de su ex marido. Un amigo de la infancia, Fernando Ramallo, que se dedica a distribuir productos de belleza ecológicos, hace las veces de su mánager, en una gira por diversas localidades de España donde se encontrarán la nostalgia y el amor perdido, ¿el amor perdido?.

Sí. La película habla de amor, de la perdurabilidad del amor, es decir, de si el amor dura para toda la vida para que nos entendamos, de si merece la pena aferrarse a un ideal romántico, ya sea la música, un sueño, un amor de la infancia o luchar con un futuro mejor. El amor como motor del mundo. Y motor, nunca mejor dicho para una película que transcurre en una gira musical.

La película nos plantea un dilema tan antiguo como el arte mismo, ¿merece la pena actuar desde el amor, incluso sin comprenderlo? Y añado: ¿y sabiendo que tiene fecha de caducidad? Es duro saberlo, pero enamorarte de algo sabiendo que causará dolor cuando termine y sabiendo con rotundidad que terminará es algo con lo que hay que lidiar como ser humano, o como diría Billy Wylder, como “mensch”.

David Trueba, entre la sencillez de su dirección, la profundidad de sus diálogos, los subtextos que florecen, nos afirma que el amor no es para siempre, que al igual que nace, muere, y que nos marca de por vida, pudiendo dirigir nuestra vida sin ni siquiera poder controlarlo. Entonces, ¿por qué enamorarse? ¿por qué creer? Porque sin amor no se movería nada, porque es lo que nos hace humanos, lo que nos da la pasión por hacer lo que hacemos, porque merece la pena aunque sepamos que se perderá, porque aunque muera, el tiempo que ha estado vivo ha dado vida a todo, porque aún merece la pena seguir intentando lo que a los 20 años intentabas, porque aún lo amas y siempre vamos a creer mientras estemos enamorados, que va a durar toda la vida, incluso con Casi 40.

Escrito por Néstor López
https://cinemagavia.es/casi-40-pelicula-critica-trueba/
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