*Los centennials redescubren a Zappa

Zappa es un documental que respira frescura más allá de su montaje. Alex Winter firma un sólido trabajo que sirve para que los centennials redescubran a Zappa. Se sorprenderán seguro cuando sepan que Zappa rechazó las drogas para crear su obra, aunque fumase como un carretero. Su estilo era inclasificable, puesto que ni era rock, ni era jazz ni era clásica. ¿Y qué demonios era? Pues era música psicodélica con mucho olor a Winston.

El documental tiene ritmo, algo que valoraba mucho su protagonista. Sigue un orden cronológico de su biografía, pero no es un documental tedioso de Canal Historia. Aquí la narración es impecable, saltando de un suceso a otro sin apenas notar el corte. El director británico está especializado en el género documental, que entre sus últimos trabajos está “The Panama Papers”. Se va construyendo el guion sobre material inédito de su filmografía personal, entrevistas televisivas o grabaciones en directo. Y para darle una perspectiva actualizada, añade los testimonios de su mujer, Gail Zappa, o de artistas como Alice Cooper. La música, por supuesto, es el hilo conductor de Zappa.

*Fiel defensor de la libertad de expresión

Han pasado casi treinta años de su muerte y Zappa es una leyenda con mucha fuerza y personalidad. En este documental, observamos la capacidad que tenía de analizar sobre la industria de la música, la química o incluso la política. Kanye West no fue el primer candidato musical a la presidencia de los EE.UU., Zappa se lo planteó mucho antes. Fiel defensor de la libertad de expresión, lo hizo hasta el final de sus días. Primero, fundando su propia discográfica después de entregar a Warner de una tacada los cuatro discos que debía por contrato. Años más tarde, posicionándose en contra de la etiqueta Parental Advisory que Reagan apoyaba. De ello dijo que “si parece censura y huele a censura, es que es censura”. Fue de los pocos artistas que salieron a defender los intereses de la música.

Afirma el propio Alice Cooper que lo que buscó siempre Zappa fue un éxito de ventas. Aunque apenas logró alguno que otro, como Valley Girl, junto a su hija Moon, lo suyo era la experimentación. Y la libertad creativa. Algo que la industria se negaba a concederle por muy erudito que fuera. Si se puede resumir en una palabra cómo definir a Zappa, esa era carisma. Consciente de ello, hablaba sobre cualquier asunto y en cualquier ámbito, siempre argumentando. Nunca llegó a tener enemigos, pese a lo pudiese pensar Susan Baker.

Para mucha gente el rock murió; no es cierto, lo que ocurre es que ya no es transgresor. Y eso es algo que Zappa lo hacía de maravilla. Pero, a diferencia de Lennon, su activismo era únicamente musical; y no se limitaba a simples gestos. Su lucha siempre fue contra las discográficas, que imponían la imagen por encima del sonido. Demostró estar a la vanguardia en todo.

*Conclusión

No hemos destripado nada que no se sepa ya sobre este artista. Simplemente, recomendamos a quien tenga interés en la música experimental o el orgullo friki a que vea este documental. Porque hablamos de alguien que no repetía ningún canon de la música, ni clásica ni pop. Y que valoraba el pensamiento crítico por encima de todo.

Aunque no sea un personaje apto para todos los públicos, la manera en que está narrado este documental despertaría la atención hasta del más reggaetonero. A lo mejor esta afirmación es exagerada. Aunque tal es su legado, que hay un festival en su nombre, el Zappanale, en Alemania del este. Un dato que no se menciona en la película, pero que dice mucho de él. Acostumbrados últimamente al formato Netflix, en “Zappa” no hay un ápice de pretenciosidad. Y si la conclusión a la que llegamos después de ver Zappa es que, para reivindicarse, hace falta rock… Entonces, ¡larga vida al rock!

Escrito por Carlos Vera