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Voto de Cinemagavia:
6
Drama Viena, 1938. Los nazis acaban de anexionarse Austria y el notario Josef Bartok sabe que está en grave peligro. Mientras se prepara para huir, es detenido por la Gestapo y encerrado en un hotel reconvertido en prisión. Solo saldrá de allí si colabora con los nazis. Bartok no está dispuesto a ceder. Pero aislado, la soledad empieza a hacer mella en él hasta que consigue robar un libro de ajedrez, que será su punto de apoyo para mantenerse ... [+]
10 de febrero de 2022
20 de 24 usuarios han encontrado esta crítica útil
*¿Dónde está Zweig?

The Royal Game es una adaptación del gran relato de Stefan Zweig titulado Una partida de ajedrez. Lamentablemente, no se trata de una buena adaptación, ya que el espíritu de la obra de Zweig no sobrevive a los cambios que Eldar Grigorian, guionista del largometraje, ha realizado respecto al texto original. Entre los pocos aspectos que ambos tienen en común se encuentran el personaje de Dr. Josef Bartok, su injusto encarcelamiento y su talento ajedrecístico. Por lo demás, no hay muchos elementos que nos trasladen a la sencilla pero memorable narración de Zweig, en la que también hay humor, calidez y humanidad, ingredientes totalmente ausentes en The Royal Game.

Quienes tenemos en muy alta estima Una partida de ajedrez también podríamos tachar de desacertada la decisión de Grigorian de centrar su atención, única y exclusivamente, en el sufrimiento del Dr. Josef Bartok, dejando de lado personajes y tramas que habrían aportado una necesitada ligereza a la cinta. Efectivamente, la historia del Dr. B. es clave en el relato, pero también lo es la de Mirko Czentovic, el campeón de ajedrez al que este se enfrenta; el carisma del millonario escocés que hace posible la partida entre ambos hombres, o las aportaciones del narrador, con quien nos es tan fácil identificarnos.

*Paraíso e infierno

Los espectadores que no estén familiarizados con la obra original, así como los que entiendan The Royal Game como una adaptación libre que hace bien alejándose de la calidez y cercanía del relato de Zweig, son los que más posibilidades tienen de disfrutar de la película de Philipp Stölzl. Los que no podemos evitar comparar la una con la otra, sin embargo, también podemos reconocer que, a nivel de producción, esta es una cinta de calidad. De hecho, The Royal Game consigue recrear la Viena de los años 30 a la perfección, invitándonos a celebrar el lujo y el exceso, para luego encerrarnos en una habitación de hotel convertida en una claustrofóbica celda de aislamiento. Dos entornos opuestos que consiguen transmitir esa disparidad tan abrumadora entre la libertad arrebatada y la incomunicación que pone fin a la cordura.

*Masucci contra Schuch

En lo que se refiere al aspecto interpretativo, la actuación de Oliver Masucci (Dark, Ha vuelto) es la que más destaca en The Royal Game. El actor alemán interpreta a dos hombres muy diferentes que lo único que comparten es una vida con dos caras opuestas. El contraste entre el Dr. Josef Bartok, libre y rico antes del inicio de la guerra, y el hombre que sobrevive un tortuoso encarcelamiento es abismal. Masucci, que carga con todo el peso de la película sobre sus hombros, asume dicha responsabilidad con una entereza camaleónica que nos hace pensar, por momentos, que son dos actores los encargados de dar vida al doctor protagonista.

En el lado opuesto del tablero tenemos a Albretch Schcuh, que interpreta al hombre encargado de sonsacar información al Dr. Bartok. Siendo el único que no queda eclipsado, en términos de metraje, por Masucci, Schuch desaprovecha la oportunidad de destacar tanto como este y cae en los clichés y la teatralidad que nunca producen actuaciones memorables. El actor tampoco tiene la ocasión de brillar como Czentovic, al que también da vida, ya que Eldar Grigorian convierte al campeón de ajedrez en un hombre mudo que recuerda más al monstruo de Frankenstein que al inculto y avaricioso ajedrecista creado por Zweig.

*Conclusión

Si, además de ser una producción de calidad a nivel técnico, hubiera sido una adaptación más fiel del relato de Stefan Zweig, The Royal Game habría sido un triunfo absoluto. Sin embargo, el guion adaptado, completamente falto de matices y rebosante de amargura, la convierte en una historia ya vista cientos de veces.

Escrito por Esther Alvarado
Cinemagavia
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