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Voto de Adrián Cantor:
10
Fantástico Praga, año 1994. Un hombre camina hacia el trabajo cuando se le acercan dos extraños y le entregan un mapa con una sugerente inscripción. Por mucho que el hombre intenta quitarse el mapa de la cabeza, el enigma lo obsesiona hasta tal punto que se involucrará en un misterio del que probablemente no saldrá indemne. Libre adaptación del mito de Fausto en el que se mezclan animación e imágenes reales para reflexionar sobre el destino ... [+]
25 de enero de 2013
15 de 15 usuarios han encontrado esta crítica útil
He aquí un erudito famoso por su sabiduría cinematográfica. Svankmajer; hombre capaz de arrancar la luna de su esfera y hacer que el mundo sea inundado por el océano.

Película diga de apreciar, donde su juego teatral nos permite entender que esta humanidad engendra títeres para un mundo lleno de divergencias propias de cada Cultura, no se trata aquí de ser contestatario, anarquista, comunista, capitalista, feminista, demócrata, poiliitsmico, como si lo es su país marcado por discordancias políticas-ideológicas, aún así, ilustra al vidente entre un juego de egos y moral (en sentido Kantiano) siendo (nosotros los habitantes de este planeta occidentalizado) títeres del bien y el mal, de las concepciones cristianas que tenemos del mundo, dios y un demonio que nos toco por azar he imposición.

Eso pasa con fausto, un hombre que quiere el mundo y sus explicaciones, quiere sabiduría y se deja engañar por la belleza y banalidad de la vida. pero hay que dejar esas mezquitas trivialidades de las almas de los hombres y reconocer a Jan Svankmajer como lo que efectivamente es: un genio, un artista, que juega con las manualidades del mundo, el stop motion, planos perfectos, animación, música sin exagerar apropiada y la riqueza de la literatura universal, que suele impactar con el marques de Sade, con Freud, Alan Poe y esta vez con Goethe y su relato de Fausto, porque no existe ese lugar llamado infierno, el infierno es este con sus millar de divergencias, pero no se vale decir más, no se vale narrar porque eso sería contar la historia y restarle belleza, simplemente Svankmjer es un genio, un inmortal que con pocos diálogos explica la simplicidad de los humanos, “ya que las palabras superan al hombres”.
Adrián Cantor
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