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Voto de davilochi:
9
7,2
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Drama
Ludvik, miembro del partido comunista, vuelve a casa tras haber descubierto que varios de sus compañeros ya no están en su puesto. Una vez en casa descubre que está siendo escuchado por el partido y que un grupo de hombres le esperan fuera de su casa, por lo que teme ser el siguiente en ser "relegado" de sus funciones... (FILMAFFINITY)
29 de enero de 2011
36 de 37 usuarios han encontrado esta crítica útil
Genial obra maestra de Karel Kachyna que no pudo salir a la luz hasta la caída del comunismo en Checoslovaquia, es decir, 20 años después de su filmación, de hecho concurrió al Festival de Cannes de 1990 optando a la Palma de Oro. Por lo general todas las películas del director checo permanecieron a buen recaudo hasta la Revolución de Terciopelo. Sin embargo esta tiene una significación especial por varios motivos, entre ellos el de que todos los que se interesaban por ella tenían que dar cuentas a los órganos de seguridad del estado socialista checoslovaco, lo cual nunca era un trance agradable. Cuando acabó su filmación hacía dos años que los tanques soviéticos habían entrado en el país acabando con cualquier intento de liberalización político-económica. Sin lugar a dudas esta es una película nacida en este clima de descontento por la perpetuación del comunismo a través de las políticas de Gustáv Husák (el actor que la interpreta en la película tiene un sorprendente parecido), Secretario General del Partido, que desde su subida al poder en 1969 se preocupó por fortalecer el poder de los órganos de seguridad y por cercenar cualquier tipo de legado procedente del 68. Es evidente que una película como ésta no podía ver la luz bajo ningún pretexto.
En primer lugar destacar los aspectos técnicos, muy logrados con los escasos medios de los que pudo disponer el director dadas las circunstancias. Se puede decir que los escenarios están planteados con gran esmero, siendo uno de los principales activos de la película, predominando los blancos y la luz en los momentos de gran angustia y desesperación; mientras que el negro y la oscuridad son el medio en el que más a gusto parecen desenvolverse los personajes, temerosos de esa luz que dibuja lo que parece un destino fatal. Es verdaderamente impresionante el clima de angustia y paranoia al que se ven empujados Anna y Ludvik, moviéndose por su casa con dos candelabros como si de una vieja película de terror se tratara.
El lenguaje cinematográfico es muy novedoso, en la línea de ese innovador y ambicioso cine checo surgido desde los años 60, del que es un buen exponente "The Party and the Guests". La película gira fundamentalmente en torno a Ludvik en su intento por dilucidar los misterios que rodean a esa noche en que él y su mujer habían asistido a una recepción del Partido llena de apparatchiks. En ese viaje a través de la memoria al que le empujará su mujer, como psicoanalista de métodos ortodoxos en medio de ese clima de paranoia y absoluto terror que los domina. Los flashbacks lo devuelven una y otra vez al escenario de esa fiesta, tratando de entender los por qués de las últimas purgas en su ministerio; hasta qué punto podrían afectarle a él; la búsqueda de significaciones políticas en el comportamiento de éste o aquél; etc.
En primer lugar destacar los aspectos técnicos, muy logrados con los escasos medios de los que pudo disponer el director dadas las circunstancias. Se puede decir que los escenarios están planteados con gran esmero, siendo uno de los principales activos de la película, predominando los blancos y la luz en los momentos de gran angustia y desesperación; mientras que el negro y la oscuridad son el medio en el que más a gusto parecen desenvolverse los personajes, temerosos de esa luz que dibuja lo que parece un destino fatal. Es verdaderamente impresionante el clima de angustia y paranoia al que se ven empujados Anna y Ludvik, moviéndose por su casa con dos candelabros como si de una vieja película de terror se tratara.
El lenguaje cinematográfico es muy novedoso, en la línea de ese innovador y ambicioso cine checo surgido desde los años 60, del que es un buen exponente "The Party and the Guests". La película gira fundamentalmente en torno a Ludvik en su intento por dilucidar los misterios que rodean a esa noche en que él y su mujer habían asistido a una recepción del Partido llena de apparatchiks. En ese viaje a través de la memoria al que le empujará su mujer, como psicoanalista de métodos ortodoxos en medio de ese clima de paranoia y absoluto terror que los domina. Los flashbacks lo devuelven una y otra vez al escenario de esa fiesta, tratando de entender los por qués de las últimas purgas en su ministerio; hasta qué punto podrían afectarle a él; la búsqueda de significaciones políticas en el comportamiento de éste o aquél; etc.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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spoiler:
En ese proceso de búsqueda infructuosa ocurrirán todo tipo de situaciones imprevisibles a cual más delirante. En lo que podría calificarse casi de sadismo, tras haber mantenido bajo vigilancia la casa durante buena parte de la noche (hasta el punto de llevar a Ludvik a aceptar con resignación su destino), algunos agentes de la policía secreta se presentarán en la puerta y se autoinvitarán a la casa de Ludvik y Anna arrasando con todo. Cuando todo parecía haber terminado bien tras la marcha de los agentes completamente borrachos comienza a salir toda la tensión contenida por el terror y por las frustraciones de un matrimonio fracasado. Así Anna comenzará a sacar los trapos sucios de Ludvik a viva voz, consciente de la presencia de ese Oído omnipotente a la manera de un Dios que todo lo oye y, por lo tanto, todo lo puede. De este modo descubrimos que el protagonista del film no era más que un arrivista, corrupto y medrador, un chaquetero de los de bandera que vendería hasta a su madre por el poder (en una ocasión afirma Anna llega a decir que le daba igual Benes que Gottwald, el último presidente elegido democráticamente y el primer presidente comunista, respectivamente); por si fuera poco Anna lo acusa de haber servido como topo de la policía secreta en servicio de la cual había vendido a sus compañeros del Ministerio recientemente purgados (estas son las purgas que, precisamente, tuvieron lugar a causa de la Primavera de Praga). Precisamente en ese momento descubren por casualidad un micrófono en la cocina, lugar que se sabía tácitamente que no solía ser pinchado junto a los cuartos de baño. Esto les lleva a tomar conciencia de que han sido víctimas de un engaño monstruoso por parte de la policía secreta, que había acudido a casa de Ludvik y Anna con el pretexto de elevar la tensión entre ellos y que saliera todo a la luz.
Cuando todo parece estar perdido y esperan bajo la tenue luz del amanecer a que lleguen aquellos que se han de llevar a Ludvik éste decide adelantarse a ellos y se encierra en un cuarto con el objetivo de suicidarse. Pero los agentes, prudentes, habían decidido llevarse el arma. Sin embargo, una imprevista llamada telefónica lo va a cambiar todo: al final se le concede la cartera del ministerio depurado. Muchos se preguntarán, ¿cómo es posible después de todo? Lo mismo se preguntaban Ludvik y Anna, la cual simplemente dirá: "Tengo miedo". Pues bien, en las más altas esferas del Partido ya tenían todo lo que necesitaban, ya sabían todo lo necesario: un hombre sin férreas convicciones ideológicas, corrupto y cuyo único objetivo era amasar poder es un hombre fácil de manipular y, además, había probado el sabor del terror, la tensión del momento previo, había conocido una pequeña parte del precio que pagan los que quieren ir más allá de lo establecido. Helo aquí, un fiel apparatchik del Partido, la degradación absoluta y definitiva del socialismo real encarnada en un hombre. Y lo mejor de todo: la vida siguió.
Cuando todo parece estar perdido y esperan bajo la tenue luz del amanecer a que lleguen aquellos que se han de llevar a Ludvik éste decide adelantarse a ellos y se encierra en un cuarto con el objetivo de suicidarse. Pero los agentes, prudentes, habían decidido llevarse el arma. Sin embargo, una imprevista llamada telefónica lo va a cambiar todo: al final se le concede la cartera del ministerio depurado. Muchos se preguntarán, ¿cómo es posible después de todo? Lo mismo se preguntaban Ludvik y Anna, la cual simplemente dirá: "Tengo miedo". Pues bien, en las más altas esferas del Partido ya tenían todo lo que necesitaban, ya sabían todo lo necesario: un hombre sin férreas convicciones ideológicas, corrupto y cuyo único objetivo era amasar poder es un hombre fácil de manipular y, además, había probado el sabor del terror, la tensión del momento previo, había conocido una pequeña parte del precio que pagan los que quieren ir más allá de lo establecido. Helo aquí, un fiel apparatchik del Partido, la degradación absoluta y definitiva del socialismo real encarnada en un hombre. Y lo mejor de todo: la vida siguió.