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Voto de davilochi:
7
4,6
46
Comedia. Drama
El campesino Cuco y su mujer Cuca María tienen seis hijas conocidas como las cucas. Por cuidarlas de los numerosos hombres que las asedian Cuco se suicida. Las Cucas son repudiadas en el pueblo por eso, pero ellas y su madre montan un prostíbulo para sobrevivir. Los clientes deben hacer reverencias a un retrato de Cuco. La moral del pueblo se resquebraja pues los hombres no salen de la casa de Las Cucas. Sólo la menor de las ellas se ... [+]
27 de marzo de 2011
5 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
El cine mexicano nos brinda esta curiosa e interesante historia ambientada en las profundidades del país azteca. En clave hiperbólica Felipe Cazals nos dan una gran cantidad de claves para comprender las contradicciones inherentes a una sociedad atrasada, supersticiosa y marcada por las desigualdades y los privilegios de unos sobre otros para de este modo llevar a cabo una crítica bastante brillante contra ésta. Para ello el director se sirve de un ejercicio de equilibrio bastante logrado donde juega fundamentalmente con la comedia, lo cual da a la película un curioso tinte surrealista en los momentos más trágicos. De hecho encuentro bastantes similitudes con algunos clásicos del cine yugoslavo como el genial Slobodan Sijan o el propio Emir Kusturica, más conocido por todos. La preocupación del director por la cuestión social tendría mucho que ver con su propio pasado familiar, ya que nació en Francia en 1937 durante el exilio de sus padres, ambos republicanos. Como muchos otros españoles acabarían en México, una muestra más de lo mucho que se perdió en este país con la guerra, el exilio y la dictadura de cuarenta años.
Nos encontramos ante una familia compuesta por el marido y padre, Cuco, su mujer y las seis hijas que tienen en común, las Cucas. Juntos conforman un grupo familiar perteneciente a la clase trabajadora. El Cuco y su familia sueñan con emigrar a la ciudad para escapar del ambiente opresivo del pueblo, construir una nueva vida y hacer fortuna – los sueños de cualquier mexicano común procedente del ámbito rural en los años 50-60, que es en los que está ambientada la película.
Si algo caracteriza a la familia del Cuco es el hecho de que está sometida a la fuerte autoridad patriarcal del padre, quien impone su criterio en medio de un ambiente en apariencia distendido. Las hijas pueden hacerle chanzas a su padre a pesar de que acatan sus designios. Fundamentalmente estos giran en torno al mantenimiento de la castidad de sus hijas hasta que contraigan matrimonio, algo que consiguen a duras penas ante la insistencia de los hombres del pueblo – incluidos un homosexual y la carnicera –, quienes ansían fervientemente colaborar en su iniciación al sexo. En el mantenimiento de la honra y la dignidad familiar Cuco acabará llevando a cabo el asesinato de la terrateniente para la que trabaja, una vieja viuda ricachona necesitada de cariño, para no tener que cometer adulterio. Cuco confesará todo y, en el seguimiento de su moral, se entregará al alcalde, pero será él mismo, dueño de su vida hasta el final, quien acometa el suicidio por ahorcamiento ante su mujer e hijas.
Nos encontramos ante una familia compuesta por el marido y padre, Cuco, su mujer y las seis hijas que tienen en común, las Cucas. Juntos conforman un grupo familiar perteneciente a la clase trabajadora. El Cuco y su familia sueñan con emigrar a la ciudad para escapar del ambiente opresivo del pueblo, construir una nueva vida y hacer fortuna – los sueños de cualquier mexicano común procedente del ámbito rural en los años 50-60, que es en los que está ambientada la película.
Si algo caracteriza a la familia del Cuco es el hecho de que está sometida a la fuerte autoridad patriarcal del padre, quien impone su criterio en medio de un ambiente en apariencia distendido. Las hijas pueden hacerle chanzas a su padre a pesar de que acatan sus designios. Fundamentalmente estos giran en torno al mantenimiento de la castidad de sus hijas hasta que contraigan matrimonio, algo que consiguen a duras penas ante la insistencia de los hombres del pueblo – incluidos un homosexual y la carnicera –, quienes ansían fervientemente colaborar en su iniciación al sexo. En el mantenimiento de la honra y la dignidad familiar Cuco acabará llevando a cabo el asesinato de la terrateniente para la que trabaja, una vieja viuda ricachona necesitada de cariño, para no tener que cometer adulterio. Cuco confesará todo y, en el seguimiento de su moral, se entregará al alcalde, pero será él mismo, dueño de su vida hasta el final, quien acometa el suicidio por ahorcamiento ante su mujer e hijas.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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spoiler:
He aquí dos referencias fundamentales en la obra: la crítica al patriarcado, que a pesar de la manifiesta benevolencia de Cuco se hace evidente para el espectador que es imposible ostentar una autoridad así sin violencia y coerción; y, en segundo lugar, la alusión velada a la lucha de clases: el patrón cree que puede disponer a su antojo del obrero y éste, ante la impotencia, lo asesina. Eran tiempos en los que el marxismo aún tenía predicamento, más aún en América Latina.
Las Cucas serán empujadas poco menos que a la indigencia por la comunidad al completo: los hombres las negarán el trabajo y la vivienda por no acceder a sus deseos sexuales y las mujeres las rechazarán por miedo a que sin la autoridad masculina que las sujete las Cucas pudieran convertirse en un desafío para el régimen monogámico. Un tercer actor social importante será la Iglesia, representada por la figura del párroco, que ante la disyuntiva planteada por los notables del pueblo – “o ellas o nosotros” – que lo sustentan con sus fondos se verá forzado a expulsarlas de la “Casa de Dios”. La Iglesia siempre se pone de parte de los pudientes, de los que mandan, de aquellos que les pueden asegurar la supervivencia, esta ya es una vieja historia. De ahí que con el arrepentimiento en el lecho de muerte quede asegurado el perdón de Dios, de otra manera sería insostenible.
Las Cucas, sin trabajo, sin casa y sin comida, no sólo están decididas a permanecer en el pueblo y sobrevivir, sino a vengarse donde más pueda dolerle a la comunidad que las ha rechazado: poniendo al descubierto su doble moral. Así pues, aliadas con la prostituta del pueblo, montarán un prostíbulo en su casa, la cual les será devuelta mediante el chantaje. El día de la inauguración todos los hombres del pueblo acudirán ansiosos por gozar de las hermosas Cucas. La moral del pueblo se vendrá abajo: los hombres dejarán sus casas durante días; el alcalde se establecerá en la casa y entregará su fortuna a la esposa del Cuco; el gobernador provincial, encargado de devolver el orden al pueblo, caerá víctima de la tentación corrompiéndose ante los encantos de las Cucas. La venganza ha sido consumada y mientras tanto Cazals se ha calzado a la Iglesia y ha realizado una mordaz crítica contra el favoritismo y la corrupción de las autoridades. Yendo más allá vemos cómo atribuye a las élites y el sistema socio-político la culpabilidad de fenómenos como la marginalidad y la prostitución, muchas veces en base a criterios completamente arbitrarios, muy alejados de la justicia de la que supuestamente son abanderados.
Las Cucas serán empujadas poco menos que a la indigencia por la comunidad al completo: los hombres las negarán el trabajo y la vivienda por no acceder a sus deseos sexuales y las mujeres las rechazarán por miedo a que sin la autoridad masculina que las sujete las Cucas pudieran convertirse en un desafío para el régimen monogámico. Un tercer actor social importante será la Iglesia, representada por la figura del párroco, que ante la disyuntiva planteada por los notables del pueblo – “o ellas o nosotros” – que lo sustentan con sus fondos se verá forzado a expulsarlas de la “Casa de Dios”. La Iglesia siempre se pone de parte de los pudientes, de los que mandan, de aquellos que les pueden asegurar la supervivencia, esta ya es una vieja historia. De ahí que con el arrepentimiento en el lecho de muerte quede asegurado el perdón de Dios, de otra manera sería insostenible.
Las Cucas, sin trabajo, sin casa y sin comida, no sólo están decididas a permanecer en el pueblo y sobrevivir, sino a vengarse donde más pueda dolerle a la comunidad que las ha rechazado: poniendo al descubierto su doble moral. Así pues, aliadas con la prostituta del pueblo, montarán un prostíbulo en su casa, la cual les será devuelta mediante el chantaje. El día de la inauguración todos los hombres del pueblo acudirán ansiosos por gozar de las hermosas Cucas. La moral del pueblo se vendrá abajo: los hombres dejarán sus casas durante días; el alcalde se establecerá en la casa y entregará su fortuna a la esposa del Cuco; el gobernador provincial, encargado de devolver el orden al pueblo, caerá víctima de la tentación corrompiéndose ante los encantos de las Cucas. La venganza ha sido consumada y mientras tanto Cazals se ha calzado a la Iglesia y ha realizado una mordaz crítica contra el favoritismo y la corrupción de las autoridades. Yendo más allá vemos cómo atribuye a las élites y el sistema socio-político la culpabilidad de fenómenos como la marginalidad y la prostitución, muchas veces en base a criterios completamente arbitrarios, muy alejados de la justicia de la que supuestamente son abanderados.