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Voto de davilochi:
6
Acción. Comedia. Romance Jagoda (Fresa, en español) es una joven cajera de un recién inaugurado supermercado que sueña con encontrar a su príncipe azul. Harta de trabajar, despide con malas palabras a una clienta anciana que ha entrado después del cierre. Al día siguiente, un joven vestido de guerrillero asalta el supermercado. (FILMAFFINITY)
19 de marzo de 2010
6 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
Si algo es digno de agradecer en el cine balcánico es que todo ha dejado de ser sacro. Esto sólo lo puede conseguir una guerra fratricida que ha permitido a amplios sectores de la población desengañarse respecto a lo sacro, precisamente. Toda realidad social, política y económica es humor potencial. El cine balcánico ha superado barreras insalvables para la mayor parte del mundo y su riqueza y variedad es indudable, así que lo calidad de sus maestros, tanto directores como actores. Esta película es una muestra de todo ello. Si bien tiene sus defectos. No obstante es osada en el tratamiento del tema. Mucho.

La pregunta que el terrorista se hace a sí mismo se la hacen muchos hoy en día en los Balcanes: "¿Para qué luchamos?", "¿por qué entregué mi juventud?". La guerra ha ido desengañando a muchos, cada vez a más. Un sinsabor tras otro, las pérdidas incalculabes a nivel psíquico y físico... Casi resulta más trágico el hecho de que se haya hecho de algo así una comedia, es casi macabro. Muchos optan por soluciones radicales. Los problemas de los Balcanes no están arreglados, las contradicciones siguen siendo muy grandes, a muchos serbios les cuesta cargar con el papel de verdugos día a día (porque es obvio que se han convertido en cabeza de turco de muchos problemas que sin los intereses de Europa podrían haberse evitado). Y claro, una gran parte de la sociedad serbia se solidariza con éstos desheradados que ahora son rechazados por la línea oficial seguida por el gobierno (la única posible según Occidente). "Los Estados Unidos nos pegan una patada en el culo, se ríen en nuestra cara y aún encima vienen a hacer sus necesidades a nuestra casa". Así es, el único futuro es el que marca Occidente. Estas preguntas ya se las hicieron los pensadores rusos del siglo XIX: ¿eslavofilismo o occidentalismo? Los problemas serán duraderos, al menos hasta que la base material empiece a cubrir el desazón superestructural que domina Serbia en todos los aspectos. Las tensiones se ven claramente en la discusión entre el jefe de las brigadas especiales y el inspector. Aún queda Historia para rato, para mayor desgracia de los pobres serbios. Lo único que espero es que todo acabe bien, tal como lo hace la película.

Yo estoy con esos veteranos de guerra que lucharon para nada, porque al fin y al cabo la patria es un burdo invento para movilizarnos en base al interés de unos pocos. Son víctimas, tanto como aquellos a los que mataron. Víctimas del engaño.

¿Y qué decir de Branca Katic? Yo querría ver esa dulce sonrisa al volver cada día del trabajo...
davilochi
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