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Voto de davilochi:
9
Drama. Comedia. Bélico
Belgrado, marzo de 1999. La capital serbia está siendo bombardeada. Se suspende el rodaje de una película: el mayor inversor está siendo investigando por el Gobierno serbio por espionaje y le han bloqueado sus cuentas bancarias. Para salvar el dinero, el productor, aprovechando el tirón de la guerra, decide rodar una historia de amor ambientada en la II Guerra Mundial entre una chica serbia y un americano, que interpretará el propio inversor. (FILMAFFINITY) [+]
20 de marzo de 2010
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Veo los datos de esta película y contemplo estupefacto que sólo cinco personas la han visto en la gigantesca comunidad que es filmaffinity. Cuanto menos me sorprende. Esta es una buena película. Es una apuesta arriesgada y valiente porque combina varios elementos, partamos de que no deja títere con cabeza. Como suele hacer el cine balcánico la película fue rodada al calor de los mismos acontecimientos que retrata, lo cual es decisivo y la convierte en un documento histórico de gran valor.
En primer lugar vemos un uso muy efectivo de los marcos de referencia, tanto en el presente como en la memoria del pasado. Tatula, el mayor del equipo de rodaje, lo deja claro cuando recuerda la Segunda Guerra Mundial como el momento más traumático de la Historia serbia (algo que también hace Sergei) y establece un paralelismo con el año 99 y las penurias por las que los americanos están haciendo pasar a los serbios (la misma televisión serbia se encargará de ayudar a los ciudadanos a hacer tal reflexión bombardeando con imágenes de archivo a la población), así le dirá a Harvey: "VOSOTROS bombardeasteis Belgrado en la Pascua de 1945 y eramos aliados". Destaco el vosotros porque es una muestra de cómo el individuo se ve perseguido por el supuesto legado de la historia de su nación, como si por el sólo hecho de nacer aquí o allá portara la semilla del bien o del mal, dependiendo de la perspectiva, como un destino del que no se puede escapar (Esto también se ve cuando la hija de Sergei pregunta durante un bombardeo porque Harvey no se unía con ellos para disparar a los aviones y el padre le contesta: "Harvey no puede, es de otro país", como si el ser de aquí o de allá determinara la posibilidad de condenar una guerra). Al mismo tiempo la ocupación alemana es algo muy vivo en la memoria histórica de los serbios, las historias han pasado de forma oral, a través de los libros y las escuelas. Para ellos es la representación del mal. Los americanos van a ser fácilmente reducidos al mismo común denominador (veamos sino la paliza que le dan a Harvey, buena muestra de la puesta en marcha de los marcos de referencia).
Tatula es el representante de lo que un día fuera Yugoslavia, algo que se ve claramente en un momento de discusión entre Serguei y Dule por los constantes cambios en el guión de la película, entonces Tatula suspira y dice: " Ay Niños...", porque esos son los hijos de la vieja Yugoslavia donde todos habían sido uno. Lo poco que quedaba de estaba hundiendo bajo las bombas. "No sé dónde la jodimos" se pregunta, "iba todo tan bien...". Es en la última imagen que emite la televisión antes de que una bomba alcance los estudios cuando toma cuenta de lo que ha ocurrido: Milosevic aparece congelado en la imagen. Son unos dirigentes megalómanos con delirios de grandeza los que han azuzado los odios para poder llevar a cabo sus sueños. Milosevic y otros como él son los verdaderos culpables de esa locura.
En primer lugar vemos un uso muy efectivo de los marcos de referencia, tanto en el presente como en la memoria del pasado. Tatula, el mayor del equipo de rodaje, lo deja claro cuando recuerda la Segunda Guerra Mundial como el momento más traumático de la Historia serbia (algo que también hace Sergei) y establece un paralelismo con el año 99 y las penurias por las que los americanos están haciendo pasar a los serbios (la misma televisión serbia se encargará de ayudar a los ciudadanos a hacer tal reflexión bombardeando con imágenes de archivo a la población), así le dirá a Harvey: "VOSOTROS bombardeasteis Belgrado en la Pascua de 1945 y eramos aliados". Destaco el vosotros porque es una muestra de cómo el individuo se ve perseguido por el supuesto legado de la historia de su nación, como si por el sólo hecho de nacer aquí o allá portara la semilla del bien o del mal, dependiendo de la perspectiva, como un destino del que no se puede escapar (Esto también se ve cuando la hija de Sergei pregunta durante un bombardeo porque Harvey no se unía con ellos para disparar a los aviones y el padre le contesta: "Harvey no puede, es de otro país", como si el ser de aquí o de allá determinara la posibilidad de condenar una guerra). Al mismo tiempo la ocupación alemana es algo muy vivo en la memoria histórica de los serbios, las historias han pasado de forma oral, a través de los libros y las escuelas. Para ellos es la representación del mal. Los americanos van a ser fácilmente reducidos al mismo común denominador (veamos sino la paliza que le dan a Harvey, buena muestra de la puesta en marcha de los marcos de referencia).
Tatula es el representante de lo que un día fuera Yugoslavia, algo que se ve claramente en un momento de discusión entre Serguei y Dule por los constantes cambios en el guión de la película, entonces Tatula suspira y dice: " Ay Niños...", porque esos son los hijos de la vieja Yugoslavia donde todos habían sido uno. Lo poco que quedaba de estaba hundiendo bajo las bombas. "No sé dónde la jodimos" se pregunta, "iba todo tan bien...". Es en la última imagen que emite la televisión antes de que una bomba alcance los estudios cuando toma cuenta de lo que ha ocurrido: Milosevic aparece congelado en la imagen. Son unos dirigentes megalómanos con delirios de grandeza los que han azuzado los odios para poder llevar a cabo sus sueños. Milosevic y otros como él son los verdaderos culpables de esa locura.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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spoiler:
De hecho hay una imagen significativa durante un bombardeo. Sergei y su hija aparecen en el balcón simulando que disparan a los aviones de la OTAN y la niña le dice que no puede verlos y se pregunta si éstos a ellos sí. Con sus dispositivos impersonales de muerte tecnológica se llega al desencantamiento hacia la muerte. El sacrificio ya no guarda ningún tipo de nobleza ni heroicidad porque es una muerte a sangre fría. Hay una disolución de la responsabilidad, del propio crimen en la distancia que proporciona la altura. Un momento especialmente conmovedor se da cuando Serguei le dice al agente del gobierno que "Sabemos cómo hacer la muerte de los héroes creibles, pero cuando se trata de la realidad no se nos da también". Louis Ferdinand Céline dijo en una de sus novelas "¿Se acuerda de un solo nombre, por ejemplo, de uno de esos soldados asesinados durante la guerra de los Cien Años?... No, ¿no es cierto?... Jamás se lo ha preguntado, ¿no? para usted son anónimos, indiferentes...".
De hecho la mujer de Sergei es muy crítica con Serbia, no le gusta el país. En su opinión el círculo de odio y venganza en que se halla sumida no puede dar lugar sino a más odio y venganza. "Si quieres hacer una película realista pon un final en el que la enfermera empaquete las cosas y se vaya a Alemania con su hija". La clave está en que nadie cuerdo tiene porque soportar algo así con estoicismo en nombre de nada, como si fuera un efecto colateral inevitable.
"Cuánto va a durar esto?" le pregunta Sergei al agente del Estado. "Hasta que ganemos". El Estado se convierte así en un monstruo sin compasión, incapaz de pensar que rige el destino de seres humanos, pensando sólo en sus propios intereses, sirviéndose para alcanzarlos de todos los medios a su alcance: desde el control de los mass media hasta el chantaje y la coacción sobre la vida privada de las personas.
En sí el film muestra muchas de las contradicciones de la Serbia moderna: desde el recuerdo muerto de la antigua Yugoslavia (Tatula), hasta la Serbia que se vende a Occidente (Ivana, la actriz), pasando por el nacionalista radical serbio (Aca). Merece la pena verla por muchas cosas más para las que no hay espacio aquí.
De hecho la mujer de Sergei es muy crítica con Serbia, no le gusta el país. En su opinión el círculo de odio y venganza en que se halla sumida no puede dar lugar sino a más odio y venganza. "Si quieres hacer una película realista pon un final en el que la enfermera empaquete las cosas y se vaya a Alemania con su hija". La clave está en que nadie cuerdo tiene porque soportar algo así con estoicismo en nombre de nada, como si fuera un efecto colateral inevitable.
"Cuánto va a durar esto?" le pregunta Sergei al agente del Estado. "Hasta que ganemos". El Estado se convierte así en un monstruo sin compasión, incapaz de pensar que rige el destino de seres humanos, pensando sólo en sus propios intereses, sirviéndose para alcanzarlos de todos los medios a su alcance: desde el control de los mass media hasta el chantaje y la coacción sobre la vida privada de las personas.
En sí el film muestra muchas de las contradicciones de la Serbia moderna: desde el recuerdo muerto de la antigua Yugoslavia (Tatula), hasta la Serbia que se vende a Occidente (Ivana, la actriz), pasando por el nacionalista radical serbio (Aca). Merece la pena verla por muchas cosas más para las que no hay espacio aquí.