Media votos
7,8
Votos
1.390
Críticas
273
Listas
61
Recomendaciones
- Sus votaciones a categorías
- Mis críticas favoritas
- Contacto
-
Compartir su perfil
Voto de davilochi:
9
Comedia
El título hace referencia a una expresión serbia sobre al respeto que se debe tener a los difuntos (literalmente: "Sobre el difunto, todo lo mejor"). La película narra la actividad del partido comunista, que quiere llevar los beneficios del comunismo a los habitantes (de mayoría campesina) de una aldea serbia en los años posteriores a la II Guerra Mundial. (FILMAFFINITY)
16 de marzo de 2011
4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Los primeros años de la postguerra fueron muy difíciles para todos los europeos, pero seguramente los yugoslavos fueron los que más problemas tuvieron que enfrentar - si exceptuamos a los soviéticos. Esta película es un reflejo excepcional de un periodo dramático en el que los serbios no sólo hubieron que afrontar el problema de la reconstrucción tras una ocupación alemana particularmente salvaje y un movimiento de resistencia masivo y dividido entre chetniks (nacionalistas serbios y monárquicos) y comunistas, sino también la implantación de un cambio revolucionario en las relaciones sociales, la política y la vida económica representado por el régimen comunista de Tito. No hubo discusión posible, o se estaba con ellos o contra ellos, las elecciones de noviembre de 1945 fueron buena muestra de ello, no hubo listas de oposición.
El film de Predrag Antonijevic lleva a cabo una interpretación magistral de un periodo donde la principal oposición al régimen provino del mundo campesino, bastante bien articulada a nivel local aunque no a nivel político donde, además, la Iglesia - en este caso la ortodoxa, en el caso croata la católica, duramente golpeada por el régimen esta última - tuvo un papel fundamental, como muestra el párroco del pueblo serbio al que nos lleva la película. Sin embargo la profesionalidad del director está fuera de toda duda: no deja títere con cabeza y, por ello, decide huir de los típicos tópicos que establecen claras distinciones de sesgo político-moral, así el párroco es mostrado como un individuo de dudosa moral. Éste, a pesar de apoyar a los campesinos y la pervivencia de los modos de vida tradicionales frente al carácter invasivo del régimen comunista, no duda en aprovecharse de su posición social para satisfacer sus necesidades alimentarias mientras que sus parroquianos languidecen a su alrededor.
La película contiene una gran cantidad de matices interesantísimos dignos de tener en cuenta. Por ejemplo, si nos centramos en la figura de Budjoni - jefe y único miembro de la milicia en el pueblo - nos encontramos con un comunista radical partidario de purgar a todos los elementos reaccionarios mediante el uso de la violencia si es necesario. Observamos esto en su constante fijación con el pope. Sin embargo es significativo cómo Radisa, el presidente de la comuna, entiende el papel fundamental de la Iglesia como correa de transmisión para el encuadramiento y cohesión de la sociedad, un instrumento para garantizar la paz social. En esta instrumentalización de la institución religiosa influye decisivamente el "amiguismo" (el pope es cuñado de Tankosava, la amante de Radisa), siempre muy presente en este tipo de regímenes, pero lo cierto es que finalmente el presidente de la comuna obtiene la adhesión silenciosa del pope mediante el chantaje que supone tener una declaración firmada de oposición al régimen. "Si no puedes con tus enemigos únete a ellos", o únelos a tí.
El film de Predrag Antonijevic lleva a cabo una interpretación magistral de un periodo donde la principal oposición al régimen provino del mundo campesino, bastante bien articulada a nivel local aunque no a nivel político donde, además, la Iglesia - en este caso la ortodoxa, en el caso croata la católica, duramente golpeada por el régimen esta última - tuvo un papel fundamental, como muestra el párroco del pueblo serbio al que nos lleva la película. Sin embargo la profesionalidad del director está fuera de toda duda: no deja títere con cabeza y, por ello, decide huir de los típicos tópicos que establecen claras distinciones de sesgo político-moral, así el párroco es mostrado como un individuo de dudosa moral. Éste, a pesar de apoyar a los campesinos y la pervivencia de los modos de vida tradicionales frente al carácter invasivo del régimen comunista, no duda en aprovecharse de su posición social para satisfacer sus necesidades alimentarias mientras que sus parroquianos languidecen a su alrededor.
La película contiene una gran cantidad de matices interesantísimos dignos de tener en cuenta. Por ejemplo, si nos centramos en la figura de Budjoni - jefe y único miembro de la milicia en el pueblo - nos encontramos con un comunista radical partidario de purgar a todos los elementos reaccionarios mediante el uso de la violencia si es necesario. Observamos esto en su constante fijación con el pope. Sin embargo es significativo cómo Radisa, el presidente de la comuna, entiende el papel fundamental de la Iglesia como correa de transmisión para el encuadramiento y cohesión de la sociedad, un instrumento para garantizar la paz social. En esta instrumentalización de la institución religiosa influye decisivamente el "amiguismo" (el pope es cuñado de Tankosava, la amante de Radisa), siempre muy presente en este tipo de regímenes, pero lo cierto es que finalmente el presidente de la comuna obtiene la adhesión silenciosa del pope mediante el chantaje que supone tener una declaración firmada de oposición al régimen. "Si no puedes con tus enemigos únete a ellos", o únelos a tí.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
Ver todo
spoiler:
Otra cuestión de gran interés analizada magistralmente por la película es la obsesión teórica que absorvió a las élites dirigentes del socialismo real en el intento por aplicar el modelo marxista-leninista experimentado en la URSS a sus propias sociedades. Vemos a la perfección esa fobia del comunismo frente al campesinado, que desde su perspectiva es un grupo social vulnerable a la superstición, subyugado por la tradición y opuesto por naturaleza a la implantación de la revolución. Y es que la base de toda revolución, tal y como formulara Marx y desarrollara en la práctica Lenin, es el proletariado, el obrero industrial. De ahí que Sredoje, secundado por Radisa, no encuentre mejor modo de acabar con la oposición de la población de la comuna que la conversión de ésta al sector de la minería mediante la reapertura de una vieja mina de carbón obsoleta y a todas luces improductiva (como vemos en el magistral final del film). Tras esto no quedaría más que desarrollar grandes complejos fabriles sustentados por la energía salida de la mina. He aquí un ejemplo del afán transformador de los países comunistas de Europa del este, muchas veces llevado al paroxismo y al absurdo más absoluto al tratar de sacar adelante procesos de industrialización acelerada muchas veces irracionales en su aplicabilidad y en sus resultados potenciales. Así desaparecieron pueblos enteros (recuerdo ahora mismo la fábrica de "Nunta muta", preciosa película rumana de Horatiu Malaele) siendo la población obligada a emigrar a los nuevos complejos industriales creados por los nuevos regímenes y así desapareció un foco de oposición muy poderoso, al menos potencialmente (algo parecido a lo que ocurrió aquí en España con el campesinado andaluz durante el franquismo, un foco tradicional del anarquismo, que gracias a la industrialización de los 60 llevó a emigrar en masa a cientos de miles de éstos con destino al Levante y Cataluña, fundamentalmente).
No querría acabar sin hacer referencia al principio y al final, que dan a la película una estructura circular y ese tono tan singular que la caracteriza. Tanto Bogosav como Radisa empiezan a ser molestos para el régimen en el momento en que accidentalmente mueren, y podemos entender que precisamente en ese momento Sredoje prevé eliminarlos. No obstante serán ellos mismos los que se quiten de en medio de la manera más estúpida que podamos imaginar. Aquí el director deja un par de guiños: cómo las purgas muchas veces se caracterizaron por su limpieza, es decir, serán los propios regímenes los que de modo sutil empujen a la muerte a los elementos indeseables y, además, por si fuera poco hará uso de sus historias personales (a veces poco edificantes, com oen el caso de Bogosav, que parece un oportunista - el pope dice a Tankosava que "él era miembro del Partido, no comunista" y, además, un pobre muerto de hambre) para ensalzar las virtudes del régimen y convertirlos en mártires de la causa.
No querría acabar sin hacer referencia al principio y al final, que dan a la película una estructura circular y ese tono tan singular que la caracteriza. Tanto Bogosav como Radisa empiezan a ser molestos para el régimen en el momento en que accidentalmente mueren, y podemos entender que precisamente en ese momento Sredoje prevé eliminarlos. No obstante serán ellos mismos los que se quiten de en medio de la manera más estúpida que podamos imaginar. Aquí el director deja un par de guiños: cómo las purgas muchas veces se caracterizaron por su limpieza, es decir, serán los propios regímenes los que de modo sutil empujen a la muerte a los elementos indeseables y, además, por si fuera poco hará uso de sus historias personales (a veces poco edificantes, com oen el caso de Bogosav, que parece un oportunista - el pope dice a Tankosava que "él era miembro del Partido, no comunista" y, además, un pobre muerto de hambre) para ensalzar las virtudes del régimen y convertirlos en mártires de la causa.