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Voto de davilochi:
7
6,3
973
Drama
Luna y Amar son una joven pareja muy unida que intenta superar los obstáculos que surgen en su relación: el alcoholismo de él, la obsesión de ella por ser madre, las dificultades económicas y dos maneras distintas de entender la religión. Tras ser despedido del trabajo por su adicción a la bebida, Amar acepta un trabajo en una comunidad musulmana fundamentalista, bastante alejada de Sarajevo. Pasado cierto tiempo, Luna consigue ir a ... [+]
2 de noviembre de 2010
24 de 28 usuarios han encontrado esta crítica útil
Los efectos de la guerra de Bosnia fueron devastadores, de hecho aún hoy se dejan sentir con toda su fuerza entre los miles de refugiados que ya han rechazado cualquier posibilidad de regresar a sus antiguos lugares de residencia (con lo cual podemos concluir que aquellos que empezaron la guerra han conseguido sus objetivos sobradamente) o entre las miles de familias desestructuradas que tratan de sobrevivir en unas condiciones de vida que, en muchas ocasiones, no son las mejores. La radicalización es una de las cosas que está más presente en la realidad de la política de la federación, valga como ejemplo el crudo presente actual en que las dos principales fuerzas políticas del país se ven incapacitadas para formar gobierno a causa de los recelos mútuos de sus líderes o el deseo de los nacionalistas croatas de crear una tercera entidad política en el ya de por sí complicado mapa político de BiH. Esta película - entre muchas otras cosas - trata todas estas cosas, especialmente el problema de aquellos que una vez acabada la guerra, aún después de muchos años, encuentran difícil encontrar nuevos caminos y transitarlos con la seguridad de antaño, a pesar de que al parecer cuentan con todo para lograrlo: las cicatrices de la guerra aún supuran, no sólo en el conjunto de la sociedad, sino en cada uno de los microcosmos que compone cada individuo.
Jasmila Zbanic es una directora que ya nos ha sorprendido en otras ocasiones (pienso en la maravillosa e intensa Grbavica), de igual modo que ella misma se ha sorprendido del éxito que sus films cosechan más allá de Bosnia. Ella entiende que las realidades que expone en sus películas son tan exclusivas de las mujeres bosnias que encuentra increíble que fuera de su ámbito se desarrolle una empatía tan poderosa entre los espectadores. Pero es la propia directora la culpable de semejante triunfo, así, por ejemplo, su estilo directo con la cámara con planos superdetallados es muy efectista. Estoy pensando por ejemplo en una escena que se abre con un primer plano de las manos de la protagonista, Luna, con un cascanueces haciendo las funciones propias del instrumento (la nuez es el símbolo de la unión matrimonial, la directora está representando a nivel simbólico el resquebrajamiento de la unión entre Amar y Luna). Luego está la profundidad humana, el drama y la sencillez con que todo esto es contado por Jasmila Zbanic, sin caer en ningún tipo de artificio o exageración.
Jasmila Zbanic es una directora que ya nos ha sorprendido en otras ocasiones (pienso en la maravillosa e intensa Grbavica), de igual modo que ella misma se ha sorprendido del éxito que sus films cosechan más allá de Bosnia. Ella entiende que las realidades que expone en sus películas son tan exclusivas de las mujeres bosnias que encuentra increíble que fuera de su ámbito se desarrolle una empatía tan poderosa entre los espectadores. Pero es la propia directora la culpable de semejante triunfo, así, por ejemplo, su estilo directo con la cámara con planos superdetallados es muy efectista. Estoy pensando por ejemplo en una escena que se abre con un primer plano de las manos de la protagonista, Luna, con un cascanueces haciendo las funciones propias del instrumento (la nuez es el símbolo de la unión matrimonial, la directora está representando a nivel simbólico el resquebrajamiento de la unión entre Amar y Luna). Luego está la profundidad humana, el drama y la sencillez con que todo esto es contado por Jasmila Zbanic, sin caer en ningún tipo de artificio o exageración.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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spoiler:
Tanto Amar como Luna andan en busca de una identidad que perdieron en algún lugar de sus respectivos caminos vitales. No por sorpresa nos encontramos con que para ambos ese punto se encuentra perdido en mitad del círculo de violencia generado por la guerra de Bosnia: Amar fue el mejor soldado de un escuadrón bosniaco, sin embargo esto no fue suficiente para que perdiera a sus padres y hermano durante la guerra; Luna pertenece a una familia expulsada de Bijeljina (como tantos otros bosniaco expulsados del valle del Drina por hallarse en mitad de un mar demográfico serbio), población donde perdió a sus padres durante las brutales operaciones de limpieza étnica. Especialmente interesante es el desgarro de la abuela de la protagonista, incapaz de aceptar la pérdida del lugar donde había vivido su familia durante tantas y tantas generaciones. Ambos protagonistas, tanto Amar como Luna, realizan en cierto sentido un viaje de reencuentro consigo mismos (el espectador juzgará si correcta o desacertadamente, aunque siempre puede ser pretencioso emitir juicios morales en estos casos) para tratar de sobreponerse a un pasado traumático que tiene consecuencias evidentes en el presente. En el caso de Amar estas consecuencias son mucho más evidentes: su alcoholismo, probablemente heredado de la guerra, aunque no se haga referencia expresa a ello. De este modo Luna regresará a Bijeljina, al lugar donde nació y creció, donde murieron sus padres para así poder continuar con su vida. Amar, por el contrario, se unirá a una comunidad wahabista por mediación de uno de sus antiguos compañeros de escuadrón durante la guerra, mostrándose conforme pasa el tiempo más radical en sus planteamientos religiosos y atribuyendo a la pérdida de espiritualidad de los bosniacos las desgracias que acontecieron a éstos durante la guerra de Bosnia.
No hay duda de que Jasmila Zbanic trata de mostrarnos las consecuencias del radicalismo, destructivas incluso en el seno de las propias comunidades que anteriormente fueron perjudicadas por éste. Frente a Luna, quien trata de afrontar el pasado desarrollando un presente constructivo, Amar se entregará al fanatismo religioso del islamismo político pasando a formar parte del círculo vicioso que amenaza al ya de por sí precario equilibrio de las vidas individuales de los habitantes de la federación y del propio país en que "conviven" serbios, croatas y bosniacos.
No hay duda de que Jasmila Zbanic trata de mostrarnos las consecuencias del radicalismo, destructivas incluso en el seno de las propias comunidades que anteriormente fueron perjudicadas por éste. Frente a Luna, quien trata de afrontar el pasado desarrollando un presente constructivo, Amar se entregará al fanatismo religioso del islamismo político pasando a formar parte del círculo vicioso que amenaza al ya de por sí precario equilibrio de las vidas individuales de los habitantes de la federación y del propio país en que "conviven" serbios, croatas y bosniacos.