¡Oh, la pubertad! Esa etapa de nuestra vida que supone el despertar sexual... y asesino en este caso. La película nos muestra la vida de Jammie Benjamin, hijo único y con serios problemas mentales. Aunque viendo el trato recibido de sus padres, profesores y otros niños, puede entenderse la explosión del protagonista.
Comenzamos viendo una de las venganzas, para pasar a continuación a los acontecimientos que desencadenaron su represalia. Como el inicio de un episodio de Los Simpsons, le observamos escribir en una pizarra que no llevará más libros para adultos al colegio, aunque momentos después comprobamos que lo sacó de la propia biblioteca del centro.
Sus padres contratan a una canguro-ama de llaves para que cuiden del niño durante su ausencia. Más tarde sabremos que es una de las múltiples que ha tenido Jammie y que las demás han desaparecido, pero por el desarrollo de los hechos no tiene nada que ver con los monstruos del bosque...
En varias ocaciones somos testigos del intenso deseo sexual del menor de los Benjamin. Incluida una escena de abuso sexual a un adulto y varios momentos de voyerismo.
Volviendo al tema central, Jammie puede o cree poder hablar con su osito de peluche, llamado Teddy. El cual influye decisivamente en su carácter y que parece estar poseído. Cuando el niño le pregunta si le debe contar a su canguro la existencia de los trolls o trogloditas que habitan en el bosque, éste le recomienda precaución.