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Voto de Echanove:
5
3,9
38
Terror
Una pequeña aldea rural española se ve amenazada por la presencia de un vampiro. (FILMAFFINITY)
28 de diciembre de 2023
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
El segundo y penúltimo largometraje de terror dirigido por el prolífico José María Elorrieta fue asimismo el penúltimo de su filmografía, ya que en 1974 fallecería prematuramente a la edad de 53 años tras firmar 53 títulos que abarcan todo tipo de géneros, aunque tal vez su peli más conocida y más apreciada en España, por la presencia de Fernando Fernán Gómez, sea "El Fenómeno" (1956).
Lo cierto es que aquí nos encontramos con una cinta muchísimo menos ambiciosa en todos los sentidos (diseño de producción, elenco artístico, desarrollo de la historia) que la anterior y sofisticada "Las amantes del Diablo", aunque eso sí, pese a realizarse con cuatro perras, estaba destinada también al mercado internacional. Y con una intención claramente 'sexplotation', ya que contó con una segunda versión para el exterior, a la que puede accederse también fácilmente en la red, en la que abundan los desnudos e incluso varias secuencias 'soft core' de carácter lésbico. En una de ellas, la siempre hermosa Loreta Tovar incluso en práctica el ñacañaca con su hermana en la vida real, María Luisa Tovar. Ahí es nada, aunque en las pantallas de los cines españoles nunca se viera.
Dicho esto y, frikismos libidinosos setenteros al margen, lo cierto es que la peli tanto en su versión para el españolito de a pie, como en la más cachonda, tiene un arranque y un primer desarrollo atractivos, pese al esquematismo del guión y la cutrez de la puesta en escena. Y aunque abunden los diálogos sonrojantes y una especie como de ritmo abrupto a través del montaje, la historia y la peli no dejan de ser interesantes si a uno le gusta el fantaterror español.
Sobresalen con claridad la belleza de Loreta, que tras una escena final precréditos de cierto impacto, hace una vampira sonriente y divertida, y el buen hacer de Antonio Jiménez Escribano, habitual en este tipo de subproductos en papeles secundarios de mayordomo, pero que aquí tiene un rol de más entidad como anciano dueño del castillo en que se desarrolla la mayor parte de la peli. Pero, sobre todo, es de destacar el trabajo de Nicholas Ney, desconocido nombre del que nunca más se supo, y todo lo que rodea a su personaje, un vampiro que vive de día hasta que la luna llena lo transforma, porque en esta peli los vampiros funcionan como los hombres-lobo.
Todo lo que atañe a este personaje es lo más interesante del filme: sus transformaciones, en las que diríase que en algún momento quiere recrearse al Nosferatu de Murnau, pero también sus líneas de diálogo algo locas y desopilantes. E incluso su peinado yeye. Y su drama interno, el de su personaje, un vampiro capaz de enamorarse (de su prima o de la recién llegada al castillo Beatriz Elorrieta), pero no como se enamoran los vampiros, sino como se enamoran los hombres.
Y durante mucho rato la peli mola, alcanzando quizá su cénit en una secuencia que uyliza la 'slow motion' en que Beatriz Elorrieta y Loreta Tovar danzan, juguetean y rien (porque aquí el vampirismo es algo lúdico, no del todo siniestro) vestidas de tul una noche en un prado.
Pero a partir de ahí el filme, con la excusa del despendole, se desmadeja y desensambla. Sobreabundan los personajes femeninos en acciones paralelas, sin demasiada continuidad, coherencia, verosimilitud o sentido (no se entiende, por ejemplo, lo que le pasa al personaje de Beatriz Elorrieta, tras sumergirse en el lago) y el climax final, orgiástico y perverso, que envuelve a quien se supone que es la protagonista, Diana Sorell no termina de funcionar del todo. Menos aún, hay que decirlo, en la versión 'sexplotation' internacional, con escenas lésbicas y sadomasoquistas, que no siempre tienen sentido. Aunque no puede dejar de resaltarse su cierta crudeza y que la sensación de pesadilla a través del montaje, sí llega a lograrse en algún momento.
(sigo en spoiler)
Lo cierto es que aquí nos encontramos con una cinta muchísimo menos ambiciosa en todos los sentidos (diseño de producción, elenco artístico, desarrollo de la historia) que la anterior y sofisticada "Las amantes del Diablo", aunque eso sí, pese a realizarse con cuatro perras, estaba destinada también al mercado internacional. Y con una intención claramente 'sexplotation', ya que contó con una segunda versión para el exterior, a la que puede accederse también fácilmente en la red, en la que abundan los desnudos e incluso varias secuencias 'soft core' de carácter lésbico. En una de ellas, la siempre hermosa Loreta Tovar incluso en práctica el ñacañaca con su hermana en la vida real, María Luisa Tovar. Ahí es nada, aunque en las pantallas de los cines españoles nunca se viera.
Dicho esto y, frikismos libidinosos setenteros al margen, lo cierto es que la peli tanto en su versión para el españolito de a pie, como en la más cachonda, tiene un arranque y un primer desarrollo atractivos, pese al esquematismo del guión y la cutrez de la puesta en escena. Y aunque abunden los diálogos sonrojantes y una especie como de ritmo abrupto a través del montaje, la historia y la peli no dejan de ser interesantes si a uno le gusta el fantaterror español.
Sobresalen con claridad la belleza de Loreta, que tras una escena final precréditos de cierto impacto, hace una vampira sonriente y divertida, y el buen hacer de Antonio Jiménez Escribano, habitual en este tipo de subproductos en papeles secundarios de mayordomo, pero que aquí tiene un rol de más entidad como anciano dueño del castillo en que se desarrolla la mayor parte de la peli. Pero, sobre todo, es de destacar el trabajo de Nicholas Ney, desconocido nombre del que nunca más se supo, y todo lo que rodea a su personaje, un vampiro que vive de día hasta que la luna llena lo transforma, porque en esta peli los vampiros funcionan como los hombres-lobo.
Todo lo que atañe a este personaje es lo más interesante del filme: sus transformaciones, en las que diríase que en algún momento quiere recrearse al Nosferatu de Murnau, pero también sus líneas de diálogo algo locas y desopilantes. E incluso su peinado yeye. Y su drama interno, el de su personaje, un vampiro capaz de enamorarse (de su prima o de la recién llegada al castillo Beatriz Elorrieta), pero no como se enamoran los vampiros, sino como se enamoran los hombres.
Y durante mucho rato la peli mola, alcanzando quizá su cénit en una secuencia que uyliza la 'slow motion' en que Beatriz Elorrieta y Loreta Tovar danzan, juguetean y rien (porque aquí el vampirismo es algo lúdico, no del todo siniestro) vestidas de tul una noche en un prado.
Pero a partir de ahí el filme, con la excusa del despendole, se desmadeja y desensambla. Sobreabundan los personajes femeninos en acciones paralelas, sin demasiada continuidad, coherencia, verosimilitud o sentido (no se entiende, por ejemplo, lo que le pasa al personaje de Beatriz Elorrieta, tras sumergirse en el lago) y el climax final, orgiástico y perverso, que envuelve a quien se supone que es la protagonista, Diana Sorell no termina de funcionar del todo. Menos aún, hay que decirlo, en la versión 'sexplotation' internacional, con escenas lésbicas y sadomasoquistas, que no siempre tienen sentido. Aunque no puede dejar de resaltarse su cierta crudeza y que la sensación de pesadilla a través del montaje, sí llega a lograrse en algún momento.
(sigo en spoiler)
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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spoiler:
Lo que pasa es que toda la historia, cuyo potencial inicial era inmenso, queda al final muy desdibujada y es incoherente y roma. Como si hubiera sido mutilada. Y aunque en el guión estuviera alguien como González Macho, entre otros, se nota que no era lo que más importaba en la peli, más interesada en el morbo y en la exhibición del cuerpo de las actrices. De hecho todo lo relacionado con el vampiro yeyé y su drama (Nicholas Ney), las relaciones con su padre (Jiménez Escribano) y sus complicados amores, a partir de cierto momento no se explota en absoluto, siendo un personaje que pedía líneas de diálogo.
Igual sucede con todo lo referente al vampiro de las ruinas, pese a la traca final en la ambulancia en que va Diana Sorel. ¿Por qué no se sabe más de este ser al margen de sus fugaces apariciones, a partir de una de las cuales, en 'flashback', se desata todo?
Y, sobre todo: Porqué en las dos versiones que al menos yo he visto no hay manera de enterarse de lo que le pasa a Margaret (Loretta Tovar) cuando se enfrenta al final al patriarca del castillo (Jiménez Escribano)?. Por qué muere y se convierte en un esqueleto al regresar a su ataúd si nadie le ha clavado una estaca otra vez, como al principio, ni cosa parecida? Es que Jiménez Escribano la fulminó con su mirada?
Pareciera que ahí faltase un trozo de peli. Y, ojo, que según todas las fichas, la película dura 102 minutos y ninguna de las versiones que uno ha visto alcanza los 90.
Viendo que soy el primero que he comentado esta película, quedo a la espera de respuestas.
Igual sucede con todo lo referente al vampiro de las ruinas, pese a la traca final en la ambulancia en que va Diana Sorel. ¿Por qué no se sabe más de este ser al margen de sus fugaces apariciones, a partir de una de las cuales, en 'flashback', se desata todo?
Y, sobre todo: Porqué en las dos versiones que al menos yo he visto no hay manera de enterarse de lo que le pasa a Margaret (Loretta Tovar) cuando se enfrenta al final al patriarca del castillo (Jiménez Escribano)?. Por qué muere y se convierte en un esqueleto al regresar a su ataúd si nadie le ha clavado una estaca otra vez, como al principio, ni cosa parecida? Es que Jiménez Escribano la fulminó con su mirada?
Pareciera que ahí faltase un trozo de peli. Y, ojo, que según todas las fichas, la película dura 102 minutos y ninguna de las versiones que uno ha visto alcanza los 90.
Viendo que soy el primero que he comentado esta película, quedo a la espera de respuestas.