Realizada, al parecer, casi al mismo tiempo que la desopilante "Extranjero, haz la señal de la cruz" (1968), con el que comparte una buena porción del reparto, este 'spaguetti' de bajo presupuesto no alcanza el mismo nivel de psicotronía. No es lo suficientemente chapucero para brillar y discurre por un terreno más 'mainstream', sin que por ello deje de tener detalles de interés.

Y es que, como aquel, y a diferencia de bastantes de los filmes posteriores de Fidani, la trama y el guión escrito a pachas, como muchas otras veces, con su esposa es más que decente, pese a su simpleza. Y es destacable el protagonismo compartido por Testi, Cameron y el exitoso en su país actor iraní Fardín, tres tipos que forman una alianza de camaradas al conocerse casualmente en una diligencia camino de Denver por distintos motivos, pero que en los tres casos tienen que ver con la reivindicación de lo que es suyo.

Tras ese arranque de obvias reminiscencias clásicas al que se suman desde el primer minuto las habituales peleas a trompadas de Fidani, teñidas en más de un caso de humor, y tiroteos varios en saloones y en exteriores, cabalgadas acompañadas por buena música e incluso algunos amoríos, la cinta se deja ver antes de que el grupo termine con los villanos que encarnan, entre otros, Ettore Manni y Calisto Calisti.

La peli incluso incluye un gracioso número musical a cargo de Cristina Penz y no es de lo peor de Fidani, pese a algún que otro gazapo calamitoso como rotular en un momento dado Denver en un cartel como "Denwer", o que asistamos a una pelea entre dos chicas de saloon en que cuando ambas están enzarzadas rodando por unas escaleras, sean visibles los bíceps de los dobles masculinos que las sustituyen.

Hasta hay quien dice que los bíceps podrán ser de Testi, que por que el entonces aún actuaba como doble en muchas películas, antes de saltar al estrellato y convertirse en habitual en muchos filmes de autor.

(sigo en Zona spoiler)