Típico 'eurospy' mediterráneo, ese curioso subgénero nacido como imitación de la saga de James Bond, en el que lo más destacable es la presencia de nuestro gran José Bodalo encarnando a un nazi que quiere destruir el mundo el solito y que durante gran parte de la peli establece su cuartel general en las dependencias de la Sagrada Familia de Barcelona.

Nada es demasiado convincente y casi todo es bastante cutre y ridículo, empezando por el doblaje de Bódalo, que siempre le hace perder mucho, y siguiendo por una trama imposible y que no hay quien entienda a propósito de unos billetes de dólar que llevan escrita una frase y que hay que seguirles el rastro.

Lo único motivador, las localizaciones barcelonesas en el Tibidabo, el Puerto o la propia Sagrada Familia, así como la sensualidad de Alicia Brandet. Nuestra Mónica Randall tiene al principio un pequeño papel y es una pena que no salga más. También anda por allí el inefable Demófilo Fidani, posteriormente conocido como director como "el Ed Wood del spaguetti western'.