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España España · Shangri-La
Voto de Echanove:
7
Intriga Una niña, alumna de un distinguido colegio de la parte alta de Barcelona, ha desaparecido del internado misteriosamente. La dirección del centro y el comisario Flores deciden, para evitar el escándalo, llevar las investigaciones por cauces nada tradicionales. Con este fin, Flores contacta con un curioso personaje mitad quinqui, mitad loco, recluido en un psiquiátrico a instancias del propio comisario, para que lleve a cabo las investigaciones... (FILMAFFINITY) [+]
1 de septiembre de 2019
7 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
Aunque la adaptación de esta conocida novela de Eduardo Mendoza cuenta con una realización seca y aparentemente algo desmañada no le va nada mal a la historia sórdida, esperpéntica y neurótica que cuenta, a la que Cayetano del Real en su primera y última película supo además imprimir un ritmo narativo que termina por engancharte.

El guión, en el que intervino Mendoza y que, como el libreto original, está repleto de humor, está asimismo muy bien servido por y para el gran Pepe Sacristán, que le vino como anillo al dedo al papel del delincuente de poca monta con problemas psiquiátricos que, no obstante, se las sabe todas, y no quiere volver al sanatorio en que estuvo recluido. Uno empatiza con él desde el primer fotograma y la ternura con la que Mendoza trata en la novela al personaje se traslada con eficacia a la gran pantalla. 

Y es que para meter humor en un thriller (o en cualquier otro género, dicho sea de paso) no hace falta sal gorda ni trazo grueso. Y si a ello añadimos que la aparición de la misteriosa belleza de Blanca Guerra en la última media hora de la cinta la eleva varios enteros, incluidas sus tiernas (sí, volví al utiliza esa palabra) secuencias de amor junto a Sacristán (no creo haber visto nunca un desnudo parcial tan natural, elegante y "exigido por el guión" en el cine español de aquella época llamada "del destape" como el de la mexicana aquí), llegaremos a la conclusión de que no nos encontramos solo ante un tierno thriller humorístico protagonizado por un perdedor en el que no faltan sutiles apuntes sociales, sino ante una peli que, a partir de la irrupción de la actriz azteca, incluso ofrecería destellos que podrían remitirnos, en clave de parodia melancólica y triste, a los thrillers románticos de Hithcock o Donen. Aunque ni Sacristán ni su personaje tengan el menor parecido con Cary Grant y los tipos que él incorporaba en esos filmes. Y aunque, como decimos, la supuesta referencia de "La cripta" a aquellos modelos no sea más que un fulgurante, pálido y distorsionado reflejo quinqui-cañí de aquellas intrigas de altos vuelos, hoteles y coches de lujo.

Suménse a todo ello secuencias tan divertidas como las de las indagaciones con los dos jardineros o la del teléfono en el bar (con un curioso cameo del filósofo Eugenio Trías) y el gran trabajo de secundarios como Carlos Lucena (llena la pantalla cada vez que sale) para que aunque no estemos ante La Octava Maravilla del Séptimo Arte, "La Cripta" sea una película muy disfrutable.

Interesará especialmente a los frikis del "cine transitivo" en busca de algo distinto, a los fans de Sacristán, a los lectores de Mendoza y a los amantes de la Barcelona del fin de los años 70. 

Y, sobre todo, les gustará mucho a los amantes de Gustavo Adolfo Becquer. Pero probablemente no tanto a quienes les guste la Coca Cola (sigo en el spoiler).
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Echanove
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