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Voto de Fascinoscopio:
7
Thriller Un inmigrante, mitad checheno y mitad ruso, llega a la comunidad islámica de Hamburgo reclamando la herencia de su padre. A partir de ese momento despierta el interés de las agencias de seguridad alemana y norteamericana, que están decididas a averiguar cuál es la verdadera identidad de ese hombre: si se trata de una víctima oprimida o de un extremista con tendencias violentas. (FILMAFFINITY)
13 de septiembre de 2014
41 de 42 usuarios han encontrado esta crítica útil
Un clásico de espías: política internacional, terrorismo, dinero sucio, engaños y cualquier cosa menos lealtad. Una buena película con más oficio que arte.

El hombre más buscado da todo lo que se puede esperar del género: la llegada ilegal del ruso Issa Karpov a Hamburgo desata una tormenta de conspiraciones entre varias agencias secretas, bancos de dudosa reputación y defensores de los derechos humanos. Este thriller que adapta una novela de uno de los magos del espionaje clásico, John le Carré, contiene así todo lo que puede convertir la película en un solvente y absorbente laberinto de ambiciones cruzadas y enmascaradas. Desarrolla una trama densa que disecciona con cinismo la guerra sucia de la política internacional, el blanqueo de dinero, los intereses creados alrededor del terrorismo y la ingenuidad de quien aún cree en sus ideales.

El elenco es deslumbrante. Philip Seymour Hoffman consigue construir un espía taimado, un perro viejo de los secretos, que sin embargo mantiene intacta cierta caballerosidad quijotesca contra la podredumbre de un sistema que repudia. Dos secundarios de lujo lo acompañan, Willem Dafoe y Robin Wright. Si bien ninguno cuenta con tiempo suficiente para una gran interpretación, resuelven sus personajes con profesionalidad: ella con enigmática simpatía, él con una deliberada vulnerabilidad. El resto del reparto, con personajes menos complejos, funciona como un perfecto engranaje al servicio de la historia. ¿Un punto negativo? La falta de química entre Rachel McAdams y Grigoriy Dobrygin.

Anton Corbijn no ha dejado impronta personal alguna en la realización del film. Profesional pero rutinaria, la traducción audiovisual del argumento adaptado por el guionista Andrew Bovell no se contará entre sus trabajos más brillantes. Hay que aplaudir su efectividad, aunque se eche de menos algo de magia y el ritmo decaiga en ciertos momentos.

No obstante, muy apta para volver a sentir la emoción del espionaje.

Publicado en el blog fascinoscopio.
Fascinoscopio
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