Brutal, esa es la palabra que se me ocurre para definir Tokyo Gore Police, una película muy diferente a todas las que había visto hasta ahora y que deja en nada la violencia de películas como Ichi the Killer, Battle Royale o Dead or Alive.
He decidido ponerle una buena nota por la valentía del director en llevar sus ideas hasta el máximo sin importarle que esta película nunca será estrenada en cines y difícilmente será emitida por televisión (aunque se preestrenó en el Festival de Sitges). Sin duda lo mejor es la falta de seriedad con la que se toman la película, por ejemplo, los anuncios de la televisión y la crítica implícita contra la privatización. En ningún momento el ritmo decae y eso hace que no se haga pesada a pesar de la reiteración del director en las luchas contra ingenieros y el abuso de la sangre. Música acertada y reparto (desconocido para mí) que peca de sobreactuación en todo el metrajea hacen que pases un buen rato al mismo tiempo que te preguntes si lo que estás viendo es gracioso, asqueroso o ambas cosas a la vez. Recomiendo que se abstengan las personas que no sean amantes del gore.