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Voto de Shaulah:
9
1998
Darren Star (Creador), Michael Patrick King ...
6,3
54.964
Serie de TV. Romance. Comedia
Serie de TV (1998-2004). 6 temporadas. 94 capítulos. Narra las aventuras amorosas y sexuales de cuatro neoyorquinas solteras e independientes: la columnista Carrie Bradshaw (Parker) y sus tres mejores amigas, la abogada Miranda (Cynthia Nixon), la pija Charlotte York (Kristin Davis) y la promiscua Samantha Jones (Kim Cattrall). El programa se hizo famoso por rodar escenas en las calles, los bares, restaurantes y discotecas de Nueva ... [+]
2 de julio de 2008
77 de 93 usuarios han encontrado esta crítica útil
Cuando leo críticas negativas de esta serie centradas únicamente en decir que son cuatro pavas que hablan todo el día de sexo, que están todo el día de compras o que son cuatro idiotas mimadas que no saben afrontar los problemas de la vida, me doy cuenta de que son usuarios que hacen una crítica basada en el estereotipo que existe sobre esta serie y no desde la conciencia de haber visto y digerido todos los capítulos de las seis temporadas.
“Sexo en Nueva York” no es una serie que sólo habla de sexo; habla de las relaciones personales, de los problemas típicos que afronta todo ser humano que viva en el mundo occidental, todo ello bajo un escenario no tan idílico como se pretende hacer ver. Porque las mujeres de clase alta neoyorkinas no son tan distintas a las mujeres que vivimos en Madrid con un sueldo anual inferior a los 15.000 €. Precisamente, es en esa conexión y en la comunalidad de problemas donde está la magia de esta serie.
El argumento está muy bien hilado, es difícil predecir qué es lo que va a suceder y se maduran muy bien las historias. La primera temporada estaba intrínsecamente ligada al sexo, sin embargo, a partir de la segunda temporada, la serie se centra más en las relaciones personales, así como en la evolución psicológica de cada uno de ellos, todo ello sin dejar de lado al sexo, que siempre está presente de alguna u otra forma. Quizá la evolución de los personajes sea el punto más fuerte de la serie, puesto que las distintas circunstancias que envuelven a cada una de los personajes, hacen que deriven a otras formas diferentes de ver su mundo y de afrontarlo; formas totalmente inesperadas, que mezclan la alegría y la tristeza de una manera magnífica.
En cuanto a los actores y actrices, hay que destacar la espectacular interpretación que hace Cinthia Nixon en el papel de Miranda: simplemente sensacional en las escenas cómicas e impresionante en las dramáticas. Kim Catrall, en el papel de Samantha es también otro peso pesado de la serie. Las actuaciones de Chris Noth como el galante Big, David Eigenberg como el humilde, bonachón y simpático Steve, Evan Handler, como Harry (también conocido como Charlie en “Californication”) y el atractivo Ron Livingston (más conocido como el Capitán Nixon en “Band of Brothers”) como Jack Berger, son dignas de mención. Las actuaciones de Willie Garson como Stanford, así como Mario Cantone en el papel de Anthony, aportan un toque fresco del ambiente gay, aunque no sé si rozan demasiado el estereotipo de gay-amante-de-la-moda-y-el-estilismo.
En cuanto a aspectos técnicos, no añaden nada nuevo en cuanto a formas de rodaje. La música que acompaña a los capítulos, está muy bien escogida y era acorde a los ritmos que sonaban por aquellos años. La escenografía es impecable, y para los amantes de la moda, Pat Field y compañía hacen un excelente trabajo.
En definitiva, una serie que aún sigue viva. Veremos cómo madura con los años pero, sin duda, marcó un antes y un después.
“Sexo en Nueva York” no es una serie que sólo habla de sexo; habla de las relaciones personales, de los problemas típicos que afronta todo ser humano que viva en el mundo occidental, todo ello bajo un escenario no tan idílico como se pretende hacer ver. Porque las mujeres de clase alta neoyorkinas no son tan distintas a las mujeres que vivimos en Madrid con un sueldo anual inferior a los 15.000 €. Precisamente, es en esa conexión y en la comunalidad de problemas donde está la magia de esta serie.
El argumento está muy bien hilado, es difícil predecir qué es lo que va a suceder y se maduran muy bien las historias. La primera temporada estaba intrínsecamente ligada al sexo, sin embargo, a partir de la segunda temporada, la serie se centra más en las relaciones personales, así como en la evolución psicológica de cada uno de ellos, todo ello sin dejar de lado al sexo, que siempre está presente de alguna u otra forma. Quizá la evolución de los personajes sea el punto más fuerte de la serie, puesto que las distintas circunstancias que envuelven a cada una de los personajes, hacen que deriven a otras formas diferentes de ver su mundo y de afrontarlo; formas totalmente inesperadas, que mezclan la alegría y la tristeza de una manera magnífica.
En cuanto a los actores y actrices, hay que destacar la espectacular interpretación que hace Cinthia Nixon en el papel de Miranda: simplemente sensacional en las escenas cómicas e impresionante en las dramáticas. Kim Catrall, en el papel de Samantha es también otro peso pesado de la serie. Las actuaciones de Chris Noth como el galante Big, David Eigenberg como el humilde, bonachón y simpático Steve, Evan Handler, como Harry (también conocido como Charlie en “Californication”) y el atractivo Ron Livingston (más conocido como el Capitán Nixon en “Band of Brothers”) como Jack Berger, son dignas de mención. Las actuaciones de Willie Garson como Stanford, así como Mario Cantone en el papel de Anthony, aportan un toque fresco del ambiente gay, aunque no sé si rozan demasiado el estereotipo de gay-amante-de-la-moda-y-el-estilismo.
En cuanto a aspectos técnicos, no añaden nada nuevo en cuanto a formas de rodaje. La música que acompaña a los capítulos, está muy bien escogida y era acorde a los ritmos que sonaban por aquellos años. La escenografía es impecable, y para los amantes de la moda, Pat Field y compañía hacen un excelente trabajo.
En definitiva, una serie que aún sigue viva. Veremos cómo madura con los años pero, sin duda, marcó un antes y un después.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
Ver todo
spoiler:
Como decía anteriormente, lo más cautivador de esta serie es la evolución de cada personaje:
-Carrie: Probablemente éste sea el personaje que menos evoluciona de todos, ya que siempre comete los mismos errores con Big, una y otra vez. Es un personaje que no me gusta nada, aún a pesar de ser la protagonista. Su excesivo amor por los zapatos y por la moda a veces me parece demencial y absurdo, a parte de parecerme una persona tremendamente inmadura.
-Charlotte: De personaje idealista por tener un marido perfecto y una familia perfecta de cuento de hadas, a un personaje que tiene un marido que físicamente no es de su agrado y problemas reproductivos. Me encanta, es como si la vida le hubiera dado una bofetada por pretender ser tan artificial. El momento que más me conmueve de Charlotte, es cuando Trey no aguanta más lo irritada que está ella con él y dedicen separarse del todo, pero cuando van los de “Casa y Jardín” para sacarle las fotos perfectas que ella siempre quiso, él fue a posar junto a ella para seguir con la “farsa”. El simbolismo de esa escena es genial: una foto perfecta, una casa perfecta, un matrimonio perfecto, un collar de perlas perfecto, pero, en el fondo, es un matrimonio sumido por profundos problemas que está totalmente roto.
- Miranda: De personaje andrófobo y odia-familias a madre volcada. Me encanta este personaje. Ese halo de cinismo que la envolvía en las primeras temporadas, hasta su evolución final, es simplemente impresionante. A destacar, el momento en el que ella y Steve se conocen en el bar donde él trabajaba. Siempre que veo esa escena, me da un vuelco en el estómago. La magia de un sencillo y humilde camarero contra el despotismo de una yuppie centrada únicamente en sus problemas y en su mundo fue una de las historias que más me cautivó a lo largo de la serie. Tras sus idas y venidas, el embarazo de Miranda como consecuencia de la compasión que le dio Steve cuando fue operado del tumor de un testículo y su reencuentro en el cuarto de la lavadora en el cumpleaños el primer añito de Brady, hicieron cambiar a Miranda de una manera impresionante, teniendo escenas tan humanas y crudas como cuando ella lava a la madre de Steve, dolida por el Alzheimer que la sucumbe y Magda la descubre diciéndola “lo que tú haces, es amor”. ¡Arfh! ¡Sólo de recordarlo me emociono!
-Samantha: Este es otro de mis personajes favoritos, por su fuerza, por su libertad y por su buen humor. A parte de ser el personaje sexualmente más activo, tiene escenas increíbles, como cuando se enfrenta a Richard por no haberla contratado al ser mujer o como cuando corta con él al no poder soportar la presión de la infidelidad que éste hizo. La historia entre Smith y Samantha es también genial, sobre todo por la entereza y sencillez de Smith que, aún a pesar de ser un chico guapísimo, la fama que coge en el mundo del cine nunca le hace engrandecerse. Un personaje muy humano.
Disfruten de esta serie si aún no la han visto ;-).
-Carrie: Probablemente éste sea el personaje que menos evoluciona de todos, ya que siempre comete los mismos errores con Big, una y otra vez. Es un personaje que no me gusta nada, aún a pesar de ser la protagonista. Su excesivo amor por los zapatos y por la moda a veces me parece demencial y absurdo, a parte de parecerme una persona tremendamente inmadura.
-Charlotte: De personaje idealista por tener un marido perfecto y una familia perfecta de cuento de hadas, a un personaje que tiene un marido que físicamente no es de su agrado y problemas reproductivos. Me encanta, es como si la vida le hubiera dado una bofetada por pretender ser tan artificial. El momento que más me conmueve de Charlotte, es cuando Trey no aguanta más lo irritada que está ella con él y dedicen separarse del todo, pero cuando van los de “Casa y Jardín” para sacarle las fotos perfectas que ella siempre quiso, él fue a posar junto a ella para seguir con la “farsa”. El simbolismo de esa escena es genial: una foto perfecta, una casa perfecta, un matrimonio perfecto, un collar de perlas perfecto, pero, en el fondo, es un matrimonio sumido por profundos problemas que está totalmente roto.
- Miranda: De personaje andrófobo y odia-familias a madre volcada. Me encanta este personaje. Ese halo de cinismo que la envolvía en las primeras temporadas, hasta su evolución final, es simplemente impresionante. A destacar, el momento en el que ella y Steve se conocen en el bar donde él trabajaba. Siempre que veo esa escena, me da un vuelco en el estómago. La magia de un sencillo y humilde camarero contra el despotismo de una yuppie centrada únicamente en sus problemas y en su mundo fue una de las historias que más me cautivó a lo largo de la serie. Tras sus idas y venidas, el embarazo de Miranda como consecuencia de la compasión que le dio Steve cuando fue operado del tumor de un testículo y su reencuentro en el cuarto de la lavadora en el cumpleaños el primer añito de Brady, hicieron cambiar a Miranda de una manera impresionante, teniendo escenas tan humanas y crudas como cuando ella lava a la madre de Steve, dolida por el Alzheimer que la sucumbe y Magda la descubre diciéndola “lo que tú haces, es amor”. ¡Arfh! ¡Sólo de recordarlo me emociono!
-Samantha: Este es otro de mis personajes favoritos, por su fuerza, por su libertad y por su buen humor. A parte de ser el personaje sexualmente más activo, tiene escenas increíbles, como cuando se enfrenta a Richard por no haberla contratado al ser mujer o como cuando corta con él al no poder soportar la presión de la infidelidad que éste hizo. La historia entre Smith y Samantha es también genial, sobre todo por la entereza y sencillez de Smith que, aún a pesar de ser un chico guapísimo, la fama que coge en el mundo del cine nunca le hace engrandecerse. Un personaje muy humano.
Disfruten de esta serie si aún no la han visto ;-).