Pese a que es un cortometraje casposo, zafio y absurdo tiene el típico aura cutre de esas películas ochenteras de genero gore que más que aterrorizar amenizan y divierten, no es para echar fuegos pero si para echarse unas risas a costa de la osadía de Daniel Moreno, un microfilm bizarro que por ahora, es lo mejor que ha hecho este director. ¿Que será lo siguiente? miedo me da.

Aún a todas es evidente que es demasiado cutre y vulgar hasta para ser una Serie B.

(3,7 sobre 10)