Más que erotismo esta película es un drama, y el aspecto sexual se reduce a la palabra, al diálogo, en el que Nathalie le cuenta a la mujer qué es lo que hace con su marido, de la forma más explícita posible.

Es algo previsible sí, pero entretiene bastante, y las dos actrices protagonistas está claro que hicieron un buen papel. Destaca la sensualidad de Emmanuelle Béart (Nathalie), que, sin enseñar nada (algo que no esperaba en esta película ya que otras muchos menos eróticas en su temática enseñan más sexo y desnudos) es tremendamente erótica. Bueno, cierto es que son los diálogos los que en general transfieren gran parte de esa sensualidad, pero igualmente su personaje es a cada momento bastante sugerente incluso cuando no relata los encuentros.

Es curioso ver a una mujer que contrata a otra para que se acueste con su marido y que después busca (aunque no sea aparentemente la meta deja bastante claro que es su intención) el excitarse con esos encuentros que su marido tiene con otras mujeres, y al oírlos es mitad sensual mitad repugnante para ella.

Merece la pena ver esta película, aunque tampoco se quedará grabada en muchos, entretiene, que no es poco.