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España España · Zaragoza
Voto de cassavetes:
5
Intriga La reportera fotográfica Jean Janes llega a una isla, situada frente a las costas de New Hampshire, con el fin de investigar sobre un crimen ocurrido un siglo antes en ese lugar. Intenta averiguar aspectos oscuros del caso: el asesinato en 1873 de dos jóvenes inmigrantes noruegas, brutalmente mutiladas. Un hombre fue ahorcado por aquello, pero él siempre mantuvo que era inocente. En la búsqueda de la verdad a Jean le acompañan su marido ... [+]
1 de febrero de 2010
15 de 16 usuarios han encontrado esta crítica útil
Ahora que se ha puesto de moda (inesperada y merecidamente con su buena película En tierra hostil) la directora Katherine Bigelow, bueno es darle un repaso a la parte de su filmografía que me faltaba por ver. Entre ellas, esta El peso del agua, que ya desde el título te prepara para algo denso, profundo y (vista ya) rebuscado. Palomiteros, tolerancia cero.

El peso del agua juega con dos tiempos narrativos: el actual, en el que dos parejas se adentran en un viajecito en barca por el océano, megafashion y muy kistch, y otro viaje que nos lleva a la Norteamerica de mediados del siglo XIX, en la cual asistiremos a un oscuro crimen (hechos reales) ocurrido en una familia de emigrantes europeos. Crímenes que obsesionan a una de las mujeres (de hecho se encuentra estudiando documentos oficiales del asesinato) que en la época actual se han subido a la barca.

Dos espacios temporales, pues, que presuponen elaboración de guión, continuos saltos en el tiempo, incluso comparaciones entre los personajes de los dos siglos. En tono de drama angustioso (estar en el agua, fobias y espacios cerrados, como la barca del siglo XX o la cabaña en la que viven en el siglo XIX) que ya te obligan a estar preparado para una visión trascendental, obsesiva de la historia. Y en muchas ocasiones no es que sobre, pero sí que te molesta un poco el querer dar pistas de posibles conspiraciones (muchas veces es sólo una pose de la directora, para parecer más guay). Por no hablar de pretenciosidad en la puesta en escena (escenas de sexo algo sonrojantes, desnudos rimbombantes, al borde de la desfachatez).

Puestos a elegir me quedo con el interés que me suscitan los sucesos oscuros del siglo XIX; los de Sean Penn and company actuales están cogidos con alfileres y están bañados en la pedantería. Y si me dicen que años después la directora de la película iba a tener la oportunidad de ganar premios por doquier, no me hubiera pensado dos veces la respuesta. Al fin y al cabo Hollywood no podía estar tan mal del todo. Sólo que con películas como En tierra hostil sí que acertarían si le diesen esos premios a la Katherine Bigelow
cassavetes
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