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Voto de fandemampato:
2
1,6
72
Animación
Un viejo ratón reúne a sus nietos para narrarles su aventura de cuando joven se embarcó en el Titanic y con todos los personajes que compartió el fatídico viaje, donde para sobrevivir contaron con la ayuda de un pulpo gigantesco y un diminuto pez. (FILMAFFINITY)
28 de noviembre de 2016
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
¿Cuándo una película pasa a ser inmoral? Generalmente ocupamos ese calificativo solo con películas que tienen elementos racistas dentro de su trama, o muestran imágenes –con fines “artísticos”- de violencia contra animales gratuitamente y/o sin criticarla, o tocas temas sobre la sexualidad, y más aun si es sobre la sexualidad de menores. La controvertida Maladolecenza es un ejemplo, al tener tanto esto como la violencia contra animales.
Obviamente este no es el caso de esta película animada sobre el Titánic, mucho menos conocida –o esa impresión da- que Titanic: La leggenda continua (otro buen pedazo de basura fílmica). Sin embargo uno queda con la desagradable convicción de que es una película inmoral y en nada recomendable para niños, no por lo que muestra, sino por lo que no muestra.
Me explicaré, el problema no es el aspecto técnico –la animación es bastante aceptable y mejor que la otra película animada del Titanic-, no es el guion tonto, no son los animales parlantes, no son los clichés anticuados incluso para el Disney de los años 60, no son los detalles ridículos del mismo guión (“Rayos de luna plateada mesclados con las lagrimas de una doncella pura de corazón” o algo así), no, el problema es el mensaje ecologista que tiene.
Me explico de nuevo, estoy de acuerdo con que un mensaje en contra de la caza de ballenas es necesario incluso, sobre todo en estos días, pero hay formas y formas de hacerlo, y cuando usan una de las mayores tragedias marítimas de la historia, del modo más torpe y ofensivo posible, para dar el mensaje “cuidemos a nuestras ballenas”, termina siendo francamente inmoral.
Obviamente este no es el caso de esta película animada sobre el Titánic, mucho menos conocida –o esa impresión da- que Titanic: La leggenda continua (otro buen pedazo de basura fílmica). Sin embargo uno queda con la desagradable convicción de que es una película inmoral y en nada recomendable para niños, no por lo que muestra, sino por lo que no muestra.
Me explicaré, el problema no es el aspecto técnico –la animación es bastante aceptable y mejor que la otra película animada del Titanic-, no es el guion tonto, no son los animales parlantes, no son los clichés anticuados incluso para el Disney de los años 60, no son los detalles ridículos del mismo guión (“Rayos de luna plateada mesclados con las lagrimas de una doncella pura de corazón” o algo así), no, el problema es el mensaje ecologista que tiene.
Me explico de nuevo, estoy de acuerdo con que un mensaje en contra de la caza de ballenas es necesario incluso, sobre todo en estos días, pero hay formas y formas de hacerlo, y cuando usan una de las mayores tragedias marítimas de la historia, del modo más torpe y ofensivo posible, para dar el mensaje “cuidemos a nuestras ballenas”, termina siendo francamente inmoral.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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spoiler:
Porque al final, en esta película… ¡Nadie muere!, en serio, nadie muere, todos son salvados por las ballenas y el pulpo ese tentacolino, incluso el anciano y bigotudo ratón que se sacrificó electrocutándose para enviar un mensaje telegráfico –una escena sorprendentemente cruel y hasta sádica- sobrevive. Esto no solo deja confundidos a los niños respecto a la verdadera historia del Titánic, sino que es muy ofensivo para todas las personas reales que murieron en esa tragedia.