Nos llega “R3SACÓN” la tercera (y puede que no la última) entrega de la trilogía dirigida por Todd Phillips. El mismo reparto de las anteriores, más alguna aparición estelar como la de John Goodman, se ponen el smoking para lo que pretende ser el broche final de esta saga. Como en toda buena fiesta, hay que esperar hasta el final por lo que pueda pasar. Te quedas para que no te lo cuenten si finalmente pasa algo más que por diversión. La cosa no empieza mal, con un prólogo entretenido con alguna que otra carcajada. Incluso sorprende gratamente el comprobar que no es una copia de sus predecesoras (no como “Resacón 2, ¡ahora en Tailandia!”, que era demasiado similar a la original). Pero una vez echa a andar, cuando comienza el desarrollo de la trama tras la aparición de Goodman, de pronto se detiene y se vuelve farragosa. La bebida en esta fiesta parece que se está terminando. Los invitados aguantan, echándose unas risas a costa de hazañas pasadas.
Todd Phillips demuestra estar demasiado enamorado de Zach Galifianakis (con el que también trabajó en “Salidos de cuentas”) y le otorga un protagonismo absoluto a su personaje, Alan. Hace una gran interpretación pero acaba siendo excesivo. Galifianakis aguanta casi todo el peso cómico y también dramático a lo largo de todo el metraje. A esto se le suma Chow (Ken Jeong) con un protagonismo mayor que en las anteriores. Lo que comenzó siendo un chino simpático y cachondo, se ha convertido en un personaje desfasado y cargante. Pero de pronto todo vuelve a cambiar. Ahí están, Las Vegas. Y piensas, “¡Si! Por fin alguien se ha encargado de traer priva de nuevo a la fiesta”. Pero rápidamente te das cuenta de que solo han traído licores sin alcohol. Las Vegas ya no es lo que fue en la primera entrega. Está demasiado descafeinada. La fiesta se acaba y vuelves a casa con la sensación de que la fiesta no ha estado mal. Ha estado simpática y pese a los altibajos, bastante entretenida.
Lo mejor de la película, el prólogo y el epílogo. Lo peor, la dirección de Phillips, que podría haber sacado mucho más de sus actores (en concreto Cooper y Goodman) y que el verdadero resacón llega al final. Como sus predecesoras, el mejor momento de la película está en los créditos finales. Muy recomendable verla rodeado de amigos.

@ElMonoFurioso