HellBound es posiblemente junto a Inferno, la única secuela que mantiene un buen nivel de calidad (BloodLine no cuenta, todos sabemos por qué).

Desgraciadamente, esta secuela también tuvo problemas en su rodaje, puesto que el guión original tuvo que ser eliminado ya que el actor Andrew Robinson no queria repetir como padre de Kirsty. En su lugar, optaron por un guión mucho más convencional, al que dotaron de una desastrosa narrativa que te hace no entender que demonios pasa.

Aún así, se nos ofrece otra ración de cenobitas haciendo de las suyas, mucho Gore, la misma Julia que odiamos en la primera parte, mucho Gore, y un personaje bastante hijo de.. *ejem* (¡maldito doctor!).

En definitiva, más HellRaiser, pero peor, que no malo eso sí.