Este remake de, a mi entender, una de las mayores obras de Truffaut, "El amante del amor", arranca con la misma filosofía y línea que su antecesora. Personaje definido, tendencia tragicómica, monólogos cuidados e ingeniosos..Pero al poco...zasca, comedia plausible y socarrona, en ocasiones tediosa, ´más digna de un bodevil que de una obra profunda. Y es que la cabra tira al monte, y en eso Edwards sufre un incontrolable deseo por convertir en folletín casi todo lo que toca. Y aquí convertir la solemnidad del personaje de Truffaut en un títere ligón no es de recibo.
Como gran curiosidad el doblador de personaje principal en las dos es el mismo, lo que en cierta manera palia un poco el errático deambular de Reynolds por el film y le dota de un mínimo de veracidad, lo cual ya es mucho, pués aunque el otrora sex simbol hace lo que puede no llega a dar el empaque que un personaje tan taciturno debiera dar.
Una obra en suma simpática pero carente de trasfondo.