SUSPIRIA es una obra poderosa y ejecutada para el disfrute del terror en su aspecto más onírico y visual, pero que no se olvida de tejer una historia convincente y que te mantiene pegado a la butaca, desde el principio y hasta el final de sus extensas dos horas y media de duración, pero que a tenor de lo que se veía en el patio de butacas, el público parecía más que dispuesto a invertir su tiempo en ella y no era para menos.

Las películas de terror centradas en los universos secretos de las sectas y brujas, están de plena actualidad y creo recordar que la talentosa DÉJAME SALIR abrió la veda que siguieron otros títulos dispares como LA MONJA o la estupenda obra que es HEREDITARY y que ésta SUSPIRIA ha sabido recoger el guante y elevado el género a cotas aún más altas, desplegando un arsenal de miedo, carnalidad y sensualidad que había desaparecido de la pantalla desde los tiempos en que DARÍO ARGENTO o MARIO BAVA, entre otros, dieron origen al género de terror italiano de bajo presupuesto denominado Giallo.

SUSPIRIA, en mi opinión, actualiza el género y le da un impulso brutal, gracias a una equilibrada puesta en escena que juega con muchos elementos clásicos del género; el gore, la sensualidad, el miedo, lo sobrenatural y lo onírico, mezclándolo con una mayor sobriedad estética, pero que le sienta a la película realmente genial. El duelo entre DAKOTA JOHNSON y TILDA SWINTON es memorable y se enmarca en una película donde las mujeres tienen un papel dominante, aunque sean brujas y muy malas por cierto.

El Akelarre final es una orgía maravillosa para los sentidos y el broche perfecto de ésta cinta que para mi, se ha convertido ya en película del año.