"Víctima de Guerra" es una de esas películas que no llegan a nuestras salas, que no cuentan ni con una promoción adecuada, ni con una distribución suficiente, para acercar su historia al espectador. Una película que para poder disfrutar hay que recorrerse los videoclubs, donde llegará aleatoriamente, o tener suerte en la programación de alguna filmoteca. Y es que resulta curioso observar como las distribuidoras provocan que el público, en general, se acostumbre a mirar cine con sangre a borbotones, cuerpos despedazados, amenazas letales…, y luego les resulte incómodo distribuir historias que cuentan eso mismo desde una realidad casi documental. Y más curioso es ver como el mismo público que se regodea con escenas de crímenes híperviolentos, o agresiones sexuales, se declara “impresionable” cuando ven títulos como el aquí comentado.

Con "Víctima de Guerra" el polaco Tomasz Wiszniewski consiguió una película fuerte y lograda, con una evidente pero tremenda propuesta de denuncia social, en la que quedan clarísimas las nocivas consecuencias de la guerra y los diversos efectos que trae un conflicto bélico. Una película que muestra una realidad cruel e injusta para los más débiles, que pone en evidencia la brutalidad fomentada por los encaramados al poder, sugiriendo las implicaciones de la intervención “liberal” en los países devastados por la miseria y el despotismo local, y denunciando la indiferencia y pasividad de quienes quieren vivir ajenos a la realidad pero sacando provecho de su lado oscuro.

Por su trayectoria es de esos “films malditos”, cuya calidad le llevará a convertirse en obra de culto, pero que a la mayoría del público le es esquivo, por lo que su duración en la cartelera tendrá los días contado, y de momento sólo podrá degustarse recorriendo bibliotecas o en cualquier canal de TV en un horario imposible. Esperemos que con el tiempo termine revelándose como lo que es, uno de los mejores y más demoledores dramas sobre la guerra que se hayan realizado en este nuevo milenio.