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Voto de Travis Bickle:
9
6,6
972
24 de noviembre de 2017
18 de 18 usuarios han encontrado esta crítica útil
No se le ocurrió otra cosa mejor a Claude Lelouch en una apacible mañana de agosto de 1976 que hacer temblar las sublimes calles de París con el rugido de motor de su Mercedes-Benz 450SEL 6.9.
Rodado en una única toma para la historia queda para la memoria la inconsciencia de un tipo al volante en formato de joya pseudo-cinematográfica. Con sus pequeños trucos para alcanzar una mayor espectacularidad (el sonido de motor que escuchamos es el de un Ferrari) y “seguridad” (apoyo externo en algunos puntos ciegos de la ruta) se impone majestuoso el Arco del Triunfo a modo de zoom para recorrer los Campos Elíseos hasta el Obelisco de Lúxor; pasar por el Louvre y continuar pisando gas hasta adentrarnos en el bohemio barrio de Montmartre y ver de refilón el molino más famoso del mundo. Finalmente coronamos su cumbre donde se ubica la famosa Basílica del Sacré Coeur y donde nos aguarda una sonriente rubia. Cita saldada con éxito en una bella temeridad en no más de 9 minutos.
Una idea que no puede encontrar justificación alguna. Un fin que no debería justificar los medios pero cuyo resultado ahí está avalado por mi valoración a esta obra. Incongruencias… pero qué le vamos a hacer.
Rodado en una única toma para la historia queda para la memoria la inconsciencia de un tipo al volante en formato de joya pseudo-cinematográfica. Con sus pequeños trucos para alcanzar una mayor espectacularidad (el sonido de motor que escuchamos es el de un Ferrari) y “seguridad” (apoyo externo en algunos puntos ciegos de la ruta) se impone majestuoso el Arco del Triunfo a modo de zoom para recorrer los Campos Elíseos hasta el Obelisco de Lúxor; pasar por el Louvre y continuar pisando gas hasta adentrarnos en el bohemio barrio de Montmartre y ver de refilón el molino más famoso del mundo. Finalmente coronamos su cumbre donde se ubica la famosa Basílica del Sacré Coeur y donde nos aguarda una sonriente rubia. Cita saldada con éxito en una bella temeridad en no más de 9 minutos.
Una idea que no puede encontrar justificación alguna. Un fin que no debería justificar los medios pero cuyo resultado ahí está avalado por mi valoración a esta obra. Incongruencias… pero qué le vamos a hacer.