Con un halo de misterio transcurre toda la película y eso hay que reconocer que supo imprimir el director una atmósfera asfixiante que declina con un final no del todo acorde con el desarrollo del film. La trama comienza a través de un reclamo de un vecino que tiene una grieta en su pared en donde al lado se esta construyendo un edificio y acusa a un grupo de arquitectos de su problema. Así vemos como este propietario se va obsesionando con el tema y alterando la vida de uno de los arquitectos de la obra que es el encargado de darle solución al tema. Hay un trabajo excelente de un odiable Oscar Martinez y en un escalón menor Joaquín Furriel. Sin ser una obra maestra y con la salvedad que dije al principio se deja ver sin problemas.