Entretiene esta comedia francesa que se apoya especialmente en la buena química que logran los dos actores principales y que permite, ademas de su duración justa pasar un momento sumamente agradable gracias a los equívocos y situaciones graciosas que pasan sus interpretes. La trama cuenta como una pareja que regentea un restaurante de alta cocina de golpe se ve invadido por la presencia del antiguo marido de la mujer que lo consideraba fallecido por un tsunami en Tailandia. A partir de allí seremos testigos de las peleas, celos y arrebatos de los dos maridos por quedarse con la mujer. Gerard Lanvin, no tiene mucho que probar ya que es un actor muy versátil y que se adapta acertadamente en su papel de persona despreocupada y que no se ata a nada ni nadie, otro tanto para Franck Dubosc, a quien no conocía, pero aquí encarna muy bien a un chef maniático por el orden y que hasta el momento de la aparición de su contrincante solo le interesaba su restaurante. Para pasar un rato distendido.