Empezando por una producción que de antemano se sabe que fue muy accidentada: con piezas importantes del equipo abandonado el proyecto, diferencias creativas, actores que tenían constantes encontronazos con el director y productores que metieron mano y mutilaron el metraje a placer.

Y creanme que es algo que se nota en el resultado final…¿que es lo mejor que se puede decir del mismo? quizás que en realidad trata de parecerse lo menos posible al Hellboy de Del Toro y eso es probablemente su mayor error al mismo tiempo: porque alejarse de aquella versión tan fiel y respetuosa con la fuente original, significa también alejarse de la esencia de la historia y personajes de Mike Mignola.

Pero eso es a simple vista, luego uno desmenuza el film y ve que nada más no hay por donde tomarlo:

Un protagonista que nunca conecta con el espectador. Algo propiciado quizás por lo incómodo y fuera de tono que se ve David Harbour: a mil años luz del Rojo de Ron Perlman que se sentía como pez en el agua y cargaba todo el film sobre sus hombros con asombrosa facilidad.

Narrativa atropellada que abusa de flashbacks como recurso narrativo simplón y forzado para explicar todo lo que sucede, demostrando falta de fluidez y orden (recordemos que también el guión fue reescrito varias veces durante la filmación, para variar).

Desajuste tonal que hace que la película resulte chocante, incomoda de ver y provoque una sensación constante de pena ajena. Entre la incoherencia y lo enervante, el metraje avanza muy lentamente a pesar de que apenas dura dos horas.

Acción por acción: sin sentido, descompensada, ruidosa, sin cambios de ritmo, ni pausas. Filmada en automático y sin alma.

El acabado visual…y esto si es imperdonable: Hellboy de 2004 marcó diferencias con un presupuesto prácticamente igual de ajustado pero sin tener como base otra referente en el cine, mientras que aquí todo carece de personalidad y estilo propio. Con diseños rebuscadamente feistas, maquillajes y decorados que se sienten artificiales, unos FX de dudosa calidad repletos de remaches digitales horrorosos…

Ni siquiera la violencia que se echó de menos en las primeras adaptaciones life-action se salva de la quema: es insulsa, repetitiva, nada imaginativa y más que disfrutarse, cansa. Está mucho más cerca de cosas como “Kingsman” o “Zombieland” que aquella violencia ochentera verdaderamente malsana a lo David Cronenberg que esta película pedía gritos.

Adaptación horrorosa sin ton ni son que ni siquiera resulta mínimamente entretenida. Bien dicen que lo que mal empieza mal acaba, algo que se cumple con creces con esta monstruosidad infernal, un desastre total que bien puede gustar un poco si uno no conoce a Mignola y si jamás ha visto nada relacionado a Hellboy pero de no ser así, mejor abstenganse de ver esta cosa a toda costa.