Rubianes (que no Rubiales, con L de Logroño) fue siempre un espíritu libre que decía lo primero que se le pasaba por la cabeza.
Personaje extremanadamente visceral y docto en letras. Demostraba haber vivido y leído mucho (a ratos por sus vivencias también demostrada haber "vivido" demasiado). Y su concepto del humor y del monólogo no tiene nada que ver con lo que hoy conocemos como monólogo. Y Rubianes Solamente es un muy buen ejemplo y es además la mejor manera de conocer a este artista galaico-catalán que tan pronto hablaba de la monarquía (con su cerebro espongiforme), de Pujol (que si se enteran que hace su obra en castellano lo meten en un patera de vuelta a Galicia), de José María "Matamoros" (que después de la gesta de Perejil no hay quien lo pare), de fútbol (una droga que te chupa el cerebro) o de la soltería (y su desazón permanente y vacío espiritual y el mojar el pan en aceite por mojar algo).

Lo malo de Rubianes es que no ha sido nunca para todo el público. Hay quienes no conectarán con él (por su lenguaje y por su claro posicionamiento). Pero si no es el caso, si no te resulta muy molestía para ti: ¡¡disfruta de Rubianes!!