En su momento desdeñé esta comedia que formaba parte de las asiduas estanterías que veía en mi juventud en los añorados videoclubs.
Motivado por el remake de este año 2015 me he visto interesado en recuperarla.
Como estudio de la idiosincrasia americana no está mal. Como ejercicio cinematográfico es totalmente innecesaria. A pesar de todo se puede apreciar el talento de Harold Ramis para la comedia popular. Sus 90 minutos pasan desapercibidos cuando uno no tiene nada mejor que hacer. A duras penas me ha sacado una sonrisa, pero en ningún momento me ha aburrido, que para este tipo de producto ya es mucho. Seguramente el paso del tiempo me la hecho apreciar algo, ya que en su día -con acierto- no me interesó lo más mínimo.

P.D. Eso si, el remake es más zafio, más provocador, pero tetas solo salen en la peli de los 80.