Una serie de adolescentes que como es habitual ni lo parecen. Como siempre hay bullies planos que son bestias por naturaleza, sin más, sin un transfondo o historia personal que realmente valga la pena ver. Todo cliches. Tienes sexo y drogas sin necesidad, más que nada para rellenar... Los productores y el director saben perfectamente que los tabús molan así que ponen actores que para nada parece que estén en el colegio, y se dedican a liarse o meterse en líos según necesiten crear esa falsa sensación de tensión que utilizan para enganchar al espectador. Los personajes, una vez más, diré que son todo planos, todo cliches, la tía que está buena, el empollón al que maltratan, el tío bueno que es un pan y no quiere ser un agresor, la niña buena que en el fondo es el demonio... No hay necesidad de esta serie, ya la visté y ya era barriobajera hace veinte años, ahora no la necesita nadie.