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Voto de vircenguetorix:
7
8,0
29.071
Drama. Bélico
Basada en hechos reales ocurridos en 1905, narra como la tripulación del acorazado Príncipe Potemkin de Táurida se cansan del tratamiento vejatorio e injusto de los oficiales. El detonante de la situación es la carne podrida que éstos quieren que los marineros se coman. Con este motín comienza el reguero revolucionario por Odesa y toda Rusia. (FILMAFFINITY)
10 de julio de 2007
54 de 96 usuarios han encontrado esta crítica útil
En 1945 se publica un maravilloso libro de filosofía -y algo más- que se titula “El reino de la cantidad y los signos de los tiempos” de René Guenón. En ese libro el maestro Guenon nos dice lo que desgraciadamente se ha confirmado que lo cuantitativo se ha impuesto a lo cualitativo.
Esa es la historia del siglo XX en cuanto a movimientos político-sociales, en especial al comunismo y al fascismo, y a sus manifestaciones artísticas en general. La venerada “El acorazado Potemkin” con sus 1290 planos en total y escenas como la escalinata con 170 planos suponen entrar de lleno en ese paradigma.
Pero es que ya no es un asunto meramente técnico, sino narrativo y lo que es peor ideológico.
En 1922, el mayor asesino en serie de todos los tiempos, Josef Stalin fue nombrado Secretario General del Comité Central del Partido Comunista de todas las Rusias y comienza el Terror con mayúsculas más impresionante que ha conocido el ser humano.
Cuando se estrena el “Potemkin”, Lenin ya había muerto un año antes y los Gulag están funcionando a pleno rendimiento. La película es una apología del odio, hablar mal de los sacerdotes, del cristianismo, de los judíos, de la nobleza, de los oficiales del ejército... y presentar como seres benefactores y fuerza redentora a los marineros, obreros, campesinos...es de una perversión zoroastriana patética.
Y esto sólo lo podía hacer un personaje sin escrúpulos como Serguéi Eisenstein, que nunca dudó en hacer lo que fuera para estar cerca del poder.
Conozco a muchos letones que se avergüenzan de Eisenstein igual que muchos vascos lo hacen con el creador del Talgo. Y es que Eisenstein no duda en criticar a los judíos cuando el mismo lo era, o tampoco le tiembla la mano en suprimir todo los metros de cinta donde aparece Trotsky en la película “Octubre” porque ya no es políticamente correcto. Es más, no tengo la más mínima duda que si en Estados Unidos le hubieran dado bola –cosa que intentó- hubiera acabado haciendo una película bélica con Errol Flynn bombardeando a japoneses, alemanes o rusos. Que importa la ética cuando se cree uno un genio.
Pero como dice el refrán “Cría cuervos...”, Stalin nunca confió en los pelotas, porque sabía que su apoyo era ficticio y que con una mejor oferta cambiarían de chaqueta rápidamente. El viaje por Norteamérica de Eisenstein acabó con él ya que siempre sería ya sospechoso para el monstruo georgiano.
Lo del mérito del montaje del “Potemkin” siempre me ha parecido una excusa, mejor dicho un eufemismo, de una gran cantidad de críticos y personajes de este mundillo que siendo rojos no se atreven a decirlo públicamente y les pone el mensaje de la película. Ya se sabe eso de que el protagonista sea la masa, el pueblo, es algo que provoca orgasmos a mucha gente. Que el argumento sea el conflicto de clases y que encima las individualidades queden postergadas al grupo ya es como la repanocha.
Esa es la historia del siglo XX en cuanto a movimientos político-sociales, en especial al comunismo y al fascismo, y a sus manifestaciones artísticas en general. La venerada “El acorazado Potemkin” con sus 1290 planos en total y escenas como la escalinata con 170 planos suponen entrar de lleno en ese paradigma.
Pero es que ya no es un asunto meramente técnico, sino narrativo y lo que es peor ideológico.
En 1922, el mayor asesino en serie de todos los tiempos, Josef Stalin fue nombrado Secretario General del Comité Central del Partido Comunista de todas las Rusias y comienza el Terror con mayúsculas más impresionante que ha conocido el ser humano.
Cuando se estrena el “Potemkin”, Lenin ya había muerto un año antes y los Gulag están funcionando a pleno rendimiento. La película es una apología del odio, hablar mal de los sacerdotes, del cristianismo, de los judíos, de la nobleza, de los oficiales del ejército... y presentar como seres benefactores y fuerza redentora a los marineros, obreros, campesinos...es de una perversión zoroastriana patética.
Y esto sólo lo podía hacer un personaje sin escrúpulos como Serguéi Eisenstein, que nunca dudó en hacer lo que fuera para estar cerca del poder.
Conozco a muchos letones que se avergüenzan de Eisenstein igual que muchos vascos lo hacen con el creador del Talgo. Y es que Eisenstein no duda en criticar a los judíos cuando el mismo lo era, o tampoco le tiembla la mano en suprimir todo los metros de cinta donde aparece Trotsky en la película “Octubre” porque ya no es políticamente correcto. Es más, no tengo la más mínima duda que si en Estados Unidos le hubieran dado bola –cosa que intentó- hubiera acabado haciendo una película bélica con Errol Flynn bombardeando a japoneses, alemanes o rusos. Que importa la ética cuando se cree uno un genio.
Pero como dice el refrán “Cría cuervos...”, Stalin nunca confió en los pelotas, porque sabía que su apoyo era ficticio y que con una mejor oferta cambiarían de chaqueta rápidamente. El viaje por Norteamérica de Eisenstein acabó con él ya que siempre sería ya sospechoso para el monstruo georgiano.
Lo del mérito del montaje del “Potemkin” siempre me ha parecido una excusa, mejor dicho un eufemismo, de una gran cantidad de críticos y personajes de este mundillo que siendo rojos no se atreven a decirlo públicamente y les pone el mensaje de la película. Ya se sabe eso de que el protagonista sea la masa, el pueblo, es algo que provoca orgasmos a mucha gente. Que el argumento sea el conflicto de clases y que encima las individualidades queden postergadas al grupo ya es como la repanocha.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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spoiler:
Nunca he entendido como de los dos grandes movimientos totalitarios del siglo pasado, uno tiene tan mala prensa y otro es idolatrado. Hay un ramillete de películas en la Alemania nazi de un valor considerable y nunca oigo a nadie que las reivindique por el montaje, por los planos aéreos o por el Sursun corda.
Además es complicado encontrar una película que siendo tan corta en minutos tenga tantos momentos tan aburridos como esta, y luego no quiero entrar en los hechos históricos que recrea que dejan mucho que desear, algo que por otra parte todo el mundo debería saber pero que yo recuerdo.
Porque si se trata de inventar y descubrir aplaudamos a Samuel Colt que le debemos un juguete estupendo o a Torquemada algunos utensilios parecidos a la máquina de la verdad. Que Eisenstein hoy trabajaría para Coca Cola nadie lo duda y que “El acorazado Potemkin” aún siendo estupenda no deja de ser una película de trinchera y eso para cualquier libre pensador como yo, siempre molesta y mucho.
Nota: 7,3
Además es complicado encontrar una película que siendo tan corta en minutos tenga tantos momentos tan aburridos como esta, y luego no quiero entrar en los hechos históricos que recrea que dejan mucho que desear, algo que por otra parte todo el mundo debería saber pero que yo recuerdo.
Porque si se trata de inventar y descubrir aplaudamos a Samuel Colt que le debemos un juguete estupendo o a Torquemada algunos utensilios parecidos a la máquina de la verdad. Que Eisenstein hoy trabajaría para Coca Cola nadie lo duda y que “El acorazado Potemkin” aún siendo estupenda no deja de ser una película de trinchera y eso para cualquier libre pensador como yo, siempre molesta y mucho.
Nota: 7,3