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España España · Valladolid
Voto de vircenguetorix:
7
Drama Hank Chinaski envía sus poemas y relatos a revistas literarias, que rechazan siempre su trabajo. Para pagar su modesto alojamiento y su adicción al alcohol, realiza trabajos eventuales como obrero, portero o taxista. Su principal objetivo nunca fue ganar dinero para vivir lujosamente; lo que a él le gusta es apostar en el hipódromo, poder amar a dos mujeres (Jan y Laura) tan aficionadas al alcohol como él, observar las pequeñas cosas y, ... [+]
19 de enero de 2008
53 de 64 usuarios han encontrado esta crítica útil
En primer lugar debo decir que no soy devoto de la literatura de Charles Bukowski, ni de la generación beat, aunque este realmente iba por libre.

Me parece cuando menos que todo el “realismo sucio” está impregnado en cierta forma de cierto determinismo geográfico norteamericano que hace que el donde y el cuando sea más importante que la propia obra artística en sí. Si se hubiese quedado su familia en Alemania, Bukowski probablemente hubiera escrito también, e incluso más pero sin embargo no hablaríamos tanto ahora de él. Es lo que yo llamo los artistas del imperio, pintores, escritores, escultores, poetas, músicos... que a lo largo de la historia han sido más conocidos por estar presentes en el país que en ese momento dominaba el mundo, pero que cien años antes o cien años después hubiesen pasado mucho más desapercibidos. Por eso es clave incorporar la variable política siempre al arte.

Algunos pueden decirme que a Bukowski le fue de pena durante mucho tiempo. Precisamente por eso. El efecto rebote le convierte a posteriori en un icono. Yo he conocido gente joven que no son grandes lectores, pero que leían a Bukowski como una marca de rebeldía. Dicho esto desde el punto de vista literario, coincido con la filosofía de este autor de raíces polacas: La sociedad apesta, y sólo queda que rendirme ante lo que fue su vida, ejemplo de constancia ante la adversidad y pasión por la escritura por encima de las circunstancias personales. Sólo que me fastidia enormemente que muchos que ahora leen sus libros, fueron los mismos que le putearon en la fábrica, en el bar o en puti-club, porque la gente no valora lo que ve, sino donde lo ve, y si no estás en un pedestal, te detestan.

Cinematográficamente estamos ante una buena película pero que requiere empatía, evidentemente si no te va el tema más vale que veas las tortugas ninja.

Además de destacar un humor negro y sin concesiones cada vez menos frecuente, hay que quedarse con la actuación de Matt Dillon, que está soberbio, y demuestra que como decía Francis Ford Coppola siempre fue el mejor actor de todos aquellos jóvenes con los que pudo contar en “Rebeldes” o “La ley de la calle”. Si en vez de noruega hubiera sido norteamericana, esta película hubiera tenido muchos más premios y repercusión. Pero claro el director Bent Hamer, no se llama Sean Penn.

Una película para visionar sobre todo esos días que estás hecho polvo, porque no se trata de que te animes, sino de que profundices en el dolor hasta que llegues a las entrañas y sepas quien eres. Ya lo decía el filósofo: Conócete a ti mismo, algo que cada vez ocurre menos.

Muy recomendable.
vircenguetorix
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