La película empieza bastante bien pero poco a poco va desvariando y acaba siendo una película de aventuras en un país africano con ayuda americana de por medio contra una dictadura. Floja y eso que el argumento daba para más. Claro que a los fans de revistas tipo año cero seguro que les resulta un peliculón. Tiene que haber de todo en la viña del Señor.
Roland Emmerich como siempre haciendo méritos para obtener la doble nacionalidad. A pesar de ello la mejor película de su vomitiba carrera.
Por lo menos James Spader sí tiene pinta de intelectual porque viendo la racha de Hollywood en buscar profesores universitarios (¿recuerdan a Elisabeth Shue en "El santo"?).