El que años después sería el director del clásico de cine de acción de los ochenta “Acorralado” –ya saben, Rambo- Ted Kotcheff, empezó en los setenta rodando comedias, que es en realidad lo que más le gusta. La única película de “tiros” que hizo antes de la mencionada más arriba fue esta, “Billy dos sombreros” y que es mucho más un western intimista y crepuscular, sobre unos personajes que el tiempo se les acaba.

Para ello que mejor que contar con actores veteranos como Gregory Peck o Jack Warden, que ofrecen a la cinta un aire de decrepitud muy logrado, en una de esas películas donde un sheriff persigue a lo largo de todo el metraje a los fugitivos.

No es ninguna maravilla, pero al menos es un western entretenido, y para ser de los setenta, no está mal. Tiene momentos muy logrados, como ese bello final y una fotografía de esos parajes desérticos que esta vez no son de los Estados Unidos, sino ni más ni menos que de Israel, que es donde se rodó la película.

Eso sí, el actor que hace de mestizo flojo, y la historia de amor más aún. No podemos pedirle mucho más a esta cinta.

Si les gusta el western, y un día se la encuentran haciendo zapping, no les defraudará, pero tampoco es para que se la graben.