En un declinar artístico absoluto se encontraba Tinto Brass cuando realizó su penúltima película, una de las peores. Casi todo en “Fallo!” resulta más hortera, chabacano y vulgar que de costumbre y el punto erótico que poseía años atrás lo pierde totalmente.

Curiosamente será en “Monamour”, su último trabajo del que ya comentaba tiempo atrás, donde vuelva a recuperar parte del nivel perdido como una especie de canto del cisne.

De las seis historias de “Fallo!” las dos primeras son las menos malas, pero esperando el espectador que lo mejor está por llegar, resulta que la película va cayendo posteriormente en un espectáculo grotesco, verdaderamente pornográfico de mal gusto y alejado de cualquier morbo sano.

Una película tan imprescindible como aborrecible, para esto del cine erótico, también llegaron las vacas flacas hace mucho tiempo.