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España España · Valladolid
Voto de vircenguetorix:
5
Western El sargento de caballería Matt Trainor (Broderick Crawford) es uno de los pocos supervivientes de un ataque comanche acaudillado por Nube Negra. Trainor y los demás supervivientes deberán recorrer cien millas de desierto para llegar al fuerte más cercano. El grupo deberá afrontar no sólo los peligros del terreno, sino también el hecho de que apenas les queda agua, y los indios les acechan para hacerse con sus escasas reservas. (FILMAFFINITY)  [+]
24 de noviembre de 2007
20 de 34 usuarios han encontrado esta crítica útil
Realmente hay dos grandes tipos de westerns. Los de indios y los que no hay indios. Si la película es del primer tipo, lo normal es que estemos con la mosca detrás de la oreja ya que la desfachatez cinematográfica anglosajona probablemente nos presente un panorama más manipulado que muchos concursos de la tele.

“Los últimos comanches” pertenece a esa clase. Indios malos y miembros de la caballería muy buenos que lucharan hasta el final en pro de la avanzada cultura occidental.

Es normal, estamos a principios de los años cincuenta y casi el único indio bueno es el indio muerto, a no ser que haga como “Pequeño cuchillo” que deba aceptar la reserva y acudir al colegio a estudiar la historia del hombre blanco y así dejar de ser un salvaje.

Casi todo lo que nos cuenta la película es mentira. Los comanches fueron uno de los pueblos de las llanuras y praderas americanas, estaban asentados en la vega del río Trinidad y se les puede considerar prácticamente sedentarios. Lucharon ferozmente por su libertad contra españoles y luego contra la caballería americana sin retroceder un ápice hasta que fueron masacrados. Si alguno de ellos acabó en zonas desérticas fue porque huían de la persecución de los casacas azules, y no al contrario.

Afortunadamente los últimos comanches no eran tan payasos, torpes y malvados como los de esta película, sino gente muy digna, entre ellos el último jefe comanche en libertad que fue Quanah, un recuerdo para él.

En cuanto a la película en sí, algunas cosas reseñables la dirección del húngaro André De Toth, que eso sí, le importaba más bien poco el contenido de los guiones. La sensación de sed que se siente a lo largo de toda la historia. Y sobre todo y como suele ser habitual en la filmografía de este buen director, unos personajes alejados de la “gente guapa” tradicionales en el cine. Aquí el protagonista es un sargento entrado en años, con barriga y bastante poco agraciado. No hay modelos publicitarios.

Historia para disfrutar de niño, olvidar de adolescente, criticar de mayor y condenar de viejo. Si al final de nuestras vidas no se hace eso, es que no hemos aprendido nada en este mundo. Que actúe el Karma.
vircenguetorix
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