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Voto de irian hallstatt:
9
Drama Daigo Kobayashi, antiguo violoncelista de una orquesta que se acaba de disolver, acaba vagando por las calles sin trabajo y sin demasiada esperanza. Por ello decide regresar a su ciudad natal en compañía de su esposa. Allí consigue un empleo como enterrador: limpia los cuerpos, los coloca en su ataud y los envía al otro mundo de la mejor forma posible. Aunque su esposa y sus vecinos contemplan con desagrado este puesto, Daigo descubrirá ... [+]
29 de junio de 2009
7 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
* La última idea que se me vino a la cabeza mientras desfilaban ante mí los créditos finales era cuan fácilmente, en un plano inconsciente, me había trasmitido esta película la dimensión espiritual, trascendental y vivificante de la ceremonia nôkan (ritual funerario tradicional japonés), la cual es el eje del film, sin haber realmente entrado en detalle ninguno sobre sus orígenes o fundamentos, ya que son solo unas pocas escenas aquellas en que vemos a los protagonistas llevando a cabo el ritual, muchas de las cuales están desarrolladas de manera un tanto cómica. De hecho, el film va tratando sobre la marcha de varios temas, acometiéndolos de manera certera según avanza la película, en el momento justo de maduración del retrato de cada personaje, aunque se centre de manera casi exclusiva en Daigo Kobayashi, su protagonista.

* La película es un innegable drama, sobre un hombre que no acaba de encontrar su lugar en el mundo, que acarrea un importante lastre emocional (el abandono del padre; la muerte de la madre), y que cuando cree haber dado con su sitio, sus allegados y seres queridos lo ven como el lugar más inhóspito, en el cual nadie quiere hacerle compañía, ni física ni comprensivamente. Todo un drama, pero con un continuo deje humorístico, como ya digo, incluso en las escenas más escatológicas (no se asusten), que pese a leve, resta carga trágica y no deja de ser agradable.

* Cada personaje de esta historia representa unas reflexiones que rumiar, y aunque no se profundice en ellos, en las personas, ni en la mayoría de estas ideas, tienen potencial, y podría hacerse un nuevo film de cada una de ellas; solo que esta vez le tocó al violoncelista frustrado. La película es todo un cúmulo de ideas más o menos desarrolladas sobre varios temas humanos, psicológicos, trascendentales; de sensaciones, y con un buen número de importantes personajes en los que profundizar.

* Plácida y de visionado sugerente y alentador, donde el dichoso cello parece no tener otra razón de ser que servir de vehículo para las emociones del prota, y regalarnos bellísimos pasajes musicales.
irian hallstatt
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