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Voto de psicobiris:
10
15 de febrero de 2012
15 de 18 usuarios han encontrado esta crítica útil
Chomet consigue que el "espíritu" de Jacques Tati vuelva al cine aportando una música y una animación geniales a un guión del autor de "Mi tio". El tema viene a ser, como tantas veces en Tati, una mezcla melancólica, tierna y en ocasiones divertida, de vida misma.
Nos cuenta la historia del mago Tatischeff, hombre ya de cierta edad, que trabaja en un mundo donde cada vez se presta menos atención a los viejos espectáculos, sustituidos por la modernidad. Un mundo que está cambiando a pasos agigantados. Tatischeff trata de hacer lo que sabe, magia, aunque deba pluriemplearse para conseguirlo, aunque sea perfectamente consciente del poco éxito que tiene su, por otro lado, maravilloso espectáculo. El hilo conductor de la trama es una muchacha de pueblo que, maravillada por el mago después de que este haga una actuación, decide seguirle a la ciudad. Así, Tatischeff deberá cuidar de la niña, de la que por otro lado adora que todavía sea capaz de maravillarse con la magia... sin embargo, esta pronto se verá tambien atraida por la modernidad...
Tierna y sin caer en ningún momento en sensiblerías empalagosas, está sustentada por un dibujo extremadamente dinámico y muy apropiado, muy bien hecho, que por sí solo merecería una gran nota. Una historia de magos, trapecistas, ventrílocuos, ilusión, modernidad, pobreza, aceptación y ¿por qué no? una media sonrisa en la cara por feas que nos resulten las cosas.
Nos cuenta la historia del mago Tatischeff, hombre ya de cierta edad, que trabaja en un mundo donde cada vez se presta menos atención a los viejos espectáculos, sustituidos por la modernidad. Un mundo que está cambiando a pasos agigantados. Tatischeff trata de hacer lo que sabe, magia, aunque deba pluriemplearse para conseguirlo, aunque sea perfectamente consciente del poco éxito que tiene su, por otro lado, maravilloso espectáculo. El hilo conductor de la trama es una muchacha de pueblo que, maravillada por el mago después de que este haga una actuación, decide seguirle a la ciudad. Así, Tatischeff deberá cuidar de la niña, de la que por otro lado adora que todavía sea capaz de maravillarse con la magia... sin embargo, esta pronto se verá tambien atraida por la modernidad...
Tierna y sin caer en ningún momento en sensiblerías empalagosas, está sustentada por un dibujo extremadamente dinámico y muy apropiado, muy bien hecho, que por sí solo merecería una gran nota. Una historia de magos, trapecistas, ventrílocuos, ilusión, modernidad, pobreza, aceptación y ¿por qué no? una media sonrisa en la cara por feas que nos resulten las cosas.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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spoiler:
El mensaje, mal mirado, es ciertamente devastador: la niña desagradecida que "roba" un regalo para ella, el jefe del mecánico que roba la cartera de nuestro protagonista; el payaso que se intenta suicidar, el ventrílocuo que vende su muñeco (por el que nadie da nada) y aparece borracho en un bar, el conejo finalmente puesto en libertad, como símbolo de que nuestro mago ha decidido renunciar a la magia para siempre; la ligeramente vengativa carta en la que fríamente escribe, con faltas de ortografía: "LA MAGIA NO EXISTE", a modo de despedida de una muchacha que al final le ha cambiado por un noviete moderno y, como colofón, esa escena final en el vagón de tren: hace un truco de magia para esa niña que ha perdido un lápiz muy desgastado, va a impresionarla dándole el cambiazo con un lápiz más largo, pero algo falla y la niña se queda con su lápiz original. ¿Sirve acaso para algo la magia? ¿Se extinguirá finalmente la ilusión, sepultada por la luz eléctrica, la publicidad, la música ruidosa y viejos con prostitutas?
Sin embargo, por otro lado tenemos a esa muchacha que por puro azar salva al payaso del suicidio subiéndole un plato de comida, esos trapecistas amables y divertidos, el escocés borrachín que es un solplo de aire fresco siempre que aparece...
No, no es un mensaje tan devastador. Es simple vida, con sus miserias y sus magnificiencias. Vida pura, genialmente condensada en 70 minutos.
Sin embargo, por otro lado tenemos a esa muchacha que por puro azar salva al payaso del suicidio subiéndole un plato de comida, esos trapecistas amables y divertidos, el escocés borrachín que es un solplo de aire fresco siempre que aparece...
No, no es un mensaje tan devastador. Es simple vida, con sus miserias y sus magnificiencias. Vida pura, genialmente condensada en 70 minutos.