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Voto de psicobiris:
2
Comedia La noche del 2 de marzo de 1953 murió un hombre. Ese hombre es Josef Stalin, dictador, tirano, carnicero y Secretario General de la URSS. Y si juegas tus cartas bien, el puesto ahora puede ser tuyo. Una sátira sobre los días previos al funeral del padre de la nación. Dos jornadas de duras peleas por el poder absoluto a través de manipulaciones, lujurias y traiciones.
27 de marzo de 2018
35 de 66 usuarios han encontrado esta crítica útil
Y luego encima llega uno y lee que la crítica la pone bastante bien en general, y al final acabas yendo al cine a ver de qué va todo esto (porque resulta que además está Steve Buscemi, motivo suficiente para ver cualquier peli).

Mi crítica de La muerte de Stalin se resume en esto (ver mi nota): Fui la persona en el cine que más se rió. En concreto, creo que solté unos diez ligeros "jejeje" en unos diez momentos puntuales. Nada histérico ni sonoro, pero es que el resto del cine estuvo prácticamente en silencio toda la película.

Y cuando en una comedia ves que no se ríe ni dios... es que algo falla.

Y lo que falla en La muerte de Stalin es absolutamente todo. Bueno, a excepción de los actores. Lo único rescatable de la película son las actuaciones de la mayoría del elenco y una estética en general bastante cuidada, (y digo en general, porque tiene cojones que en una película sobre la muerte de Stalin, los autores se permitan poner en pantalla notas y textos en perfecto inglés en lugar de utilizar cirílico, un detalle pejiguero por mi parte quizá, pero que a mi entender demuestra el poco interés puesto por los creadores en su película...)

La sensación al ver esta película es como la de ver a los virus que atacaban al Sr. Burns en aquél capítulo de los Simpsons: todos los personajes, gags, giros de guión y chistes en general tratando de pasar por la misma puerta al mismo tiempo. La película no arranca mal, pero a los cinco minutos ya se ha deshinchado, y te quedan todavía unos 100 de soportar gracias sin gracia. Además, cuando trata de meterse en el terreno del humor puramente negro, (algo que sin duda era lo más esperable de la película) lo hace de puntillas, como un niño asustado que está midiendo su comportamiento para no enfadar a sus padres.

Total, que al final la sensación es que quienes decidieron perpetrar esta película debieron de pensar que no hacía falta guión porque con su título se iba a vender sola. Y no deja de ser cierto, pues yo fui uno de los incautos que se fió de la "pinta" que tenía el asunto y de las diferentes críticas positivas.

Y resulta que La muerte de Stalin no es más que una estupidez soberana, una comedia sin gracia, una astracanada carente de sentido o dirección y nada más que consagrada al ridículo, pero aún así ni arranca risas ni apenas sonrisas. En definitivas cuentas: una cagada.

Nunca en mi vida me he ido de una sala de cine a media película. En esta ocasión tampoco lo hice, pero creo que si no hubiera sido por el (muy) buen hacer de los actores, (único caramelo que se puede paladear en medio de tanta tontada y que no me canso de remarcar por el aquél de sacarle el punto positivo a la película), no habría aguantado más de media hora.

Decepción total.
psicobiris
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