Film dirigido en dupla por el reconocido actor (y director) Jackie Chan y Li Zhang, director de fotografía de “Acantilado rojo” (2008). Si trata de un film de carácter histórico, a la vez bélico, político y social, con algo de romance (muy poco).
Los motivos más recurrentes del film giran en torno al concepto de revolución, república y democracia, al hecho de dar la vida por el bien del futuro de los demás peleando en contra de una dinastía que reinó por más de dos siglos en China. Los valores de justicia, equidad y posibilidades para todos son puestos en contraposición con los intereses de las clases dominantes y algunos dirigentes militares. Además, hay una interesante mirada sobre la participación de los bancos internacionales en los países subdesarrollados en conflicto bélico. En este sentido, el personaje Sun Yat-Sen fue muy bien trabajado, logrando convencer como portavoz y líder de este movimiento e ideales.
Desde su aspecto material, el film adopta una perspectiva mayormente naturalista, con angulaciones e inclinaciones dentro de los parámetros clásicos y una iluminación más bien neutra. Los planos largos y las panorámicas son recurrentes, típicos de los films bélicos. Además del uso de imponentes efectos especiales y un sonido adecuado, pareciera haber un juego con el color rojo, el blanco y negro y la desaturación de los colores en varios pasajes del film. También tenemos una explicación constante mediante subtítulos sobre los acontecimientos históricos que, si bien son algo “enciclopédicos”, son necesarios para cerrar algunas ideas y entender mejor el desarrollo de los acontecimientos.
En cuanto a su escritura, es un film dentro de lo clásico: funcionalidad comunicativa, facilidad de lectura de las imágenes y limitados fuera de campo, entre otras cosas. Es decir, elecciones neutras y homogéneas.
Más allá de algunos pasajes descolgados donde parece imposible separar a Jackie Chan de las artes marciales, 1911 es correcta y coherente aunque no deja de ser un film bélico que no escapa a lo que ya ha sido visto. Luego, sólo será cuestión del interés y conocimiento que espectador posea respecto de la historia de la revolución china, interesante pero extensa.