Basada en una novela de Jan Costin Wagner titulada Das Schweigen (El silencio), en esta adaptación nos encontramos insertos en un macabro acto criminal de principio a fin. Precisamente de lo que va la historia es sobre lo que pasa con la mente de los criminales cuando el tiempo empieza a ser su único juez.
Sí, se trata de un retrato de la impunidad; pero, mejor aún, de cómo pueden persistir los crímenes sin importar siquiera los castigos. Hay bueno rasgos en los personajes y en sus historias como para darse cuenta de que la película logra lo que en el libro se puede insinuar.
Creo, de todas maneras, que la narración pudo ser un poco más vertiginosa. A veces se relega mucho el ritmo y con ello se pierde el encanto que en sí logra cada uno de los personajes envueltos en esta particular obra criminal.