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Voto de Valetamayo:
7
Comedia. Musical Dos presidiarios deciden fugarse, pero cuando están a punto de alcanzar la libertad son descubiertos. Uno de ellos decide sacrificarse por el otro, que llegará a convertirse en un gran empresario gracias a una imponente y moderna fábrica de fonógrafos. Cuando el segundo logra salir de la carcel, ambos vuelven a encontrarse. (FILMAFFINITY)
17 de noviembre de 2007
11 de 13 usuarios han encontrado esta crítica útil
Esta es una historia de amistad, del valor de la amistad, y también de las jugarretas que el destino se obstina en tener con los seres humanos, incluso por encima de la apreciada libertad. Uno puede no creer en él, pero en el filme de René Clair su presencia es determinante. Dos presos bien joviales, que hasta cantan mientras trabajan en la cárcel, intentan fugarse, sólo lo logra uno de ellos y el otro se queda al interior del muro ayudando al escape de su amigo mientras ve que su destino será ser atrapado. El hombre que sale tiene toda una historia aparte, llena de suerte y astucia, en la que logra escalar posiciones hasta hacerse a un emporio de las vitrolas con sucursales en diferentes regiones. Todo le sale muy bien, la suerte está de su lado.
Por esas cosas del destino, el hombre que no pudo fugarse obtiene un buen día su libertad y divagando da con un trabajo en la empresa del viejo fugitivo. Lo encontró sin buscarlo. Pero el recien liberado, que parece que todo lo que toca lo daña, trae también consigo ese aire de mala suerte que hará que incluso el millonario hombre que le ayuda tenga una vez más que huir.
En medio de todo, un canto a la amistad que no se ve empañada entre estos dos hombres. Abrazos, miradas y juegos de manos acompañan la relación de estos dos hombres. Llamativa ausencia de diálogos, o al menos de conversaciones que alienten la confianza de estos amigos, sin duda porque apenas salimos del cine mudo. Eso sí, en tono de comedia, hay persecuciones de multitudes y situaciones que llaman a risa como siempre con las clásicos del cine cómico.
También, si se quiere, el melodrama hace lo suyo con canciones que siempre quieren hacer ver el mejor lado de las cosas o proclaman con nostalgia la libertad.
¡Libertad! Libertad que no depende tanto de las rejas de un cárcel como de los muros qye la sociedad y nosotros mismos nos vamos construyendo.
Valetamayo
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