Citando a Rubén Darío, "Lo fatal", puedo decir que este documental es la prueba valiente de lo que escribió el gran poeta nicaragüense. Pero también resuenan otros clásicos españoles, los mismos a los que Edwin Honit concedió buena parte de su vida con el talento de su traducción. Por eso se lee a Lorca, a Calderón de la Barca, a Cervantes. Y los ecos de Pessoa también resuenan.
Este es un documental doloroso, y lo es así porque habla de la vida misma y sus misterios, de la familia, la infancia, y sobre todo de lo que significa nuestro pasado, el conjunto y el personal. Somos, en presente, los que hemos sido, en pasado, y no seremos, en futuro, lo que fuimos, al dejar de ser.